El sistema nacional de salud español tiene un merecido prestigio por su calidad y su universalidad. Sin embargo, desde hace tiempo se sabe que es insostenible sin reformas. Ya antes de la crisis, en 2007, el déficit de financiación acumulado era de 11.000 millones de euros –un 20% del presupuesto total de sanidad de ese año–. Ahora se enfrenta ya a un déficit de 16.000 millones, a lo que hay que sumar los recortes presupuestarios provocados por la crisis.
Para reducir costes, algunos gobiernos regionales, como el de Madrid, abogan por que algunos hospitales públicos pasen a ser gestionados por operadores privados. Estos recibirían una financiación pública en función del número de pacientes que deberían atender, y la sanidad seguiría siendo gratuita para los usuarios.
No son fórmulas insólitas. En algunos países, como Suecia, la colaboración entre el sector público y el privado se abre paso como fórmula para optimizar el gasto. Este aspecto fue tratado por Pilar Villarino en: ¿Qué esperanza de vida tiene la sanidad pública? (16-12-2009).
Un estudio de la consultora MacKinsey y de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) sugería en 2009 cómo “Impulsar un cambio posible en el sistema sanitario”. Propuestas de cambio en España
Frenar el aumento del gasto sanitario en Europa era un objetivo siempre planteado, pero nunca conseguido. Las restricciones presupuestarias en una coyuntura de crisis económica están notándose en que por primera vez se frena el gasto. Así se refleja en un informe de la OCDE: Europa: por primera vez se frena el aumento del gasto sanitario (23-11-2012).
Muchos temen que cualquier recorte en el gasto sanitario se haga en detrimento de la salud de los pacientes. Pero también se puede ahorrar gastando mejor. En EE.UU. nueve asociaciones médicas han propuesto recientemente medidas concretas para reducir el coste sin merma de la calidad del servicio. Recortes sanitarios a favor de la cartera y de la salud (10-04-2012).