La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre la escasez de tests para detectar el virus del sida (VIH) en personas eventualmente infectadas, así como sobre el déficit de suministros e infraestructura en muchos laboratorios de distintas partes del orbe. Esto puede comprometer las metas globales de lucha contra el flagelo en el horizonte de 2020.
Según informa la BBC, el objetivo para ese momento es que el 90% de las personas afectadas por el virus conozcan su diagnóstico; que el 90% de los diagnosticados reciban terapia antirretroviral y que el 90% de quienes estén bajo tratamiento experimenten una “supresión viral de larga duración”.
Una investigación efectuada entre 2012 y 2014 en 127 países –entre ellos, 47 de África, 33 del continente americano y 11 del sudeste asiático– refleja, sin embargo, que hay una brecha material importante entre el norte y el sur.
La provisión de pruebas diagnósticas ha mejorado con los años, reporta la agencia británica, pero persiste la escasez en algunas partes del mundo. Las razones de la brecha incluyen la insuficiencia de reactivos, un equipamiento que no se instala o no se mantiene adecuadamente, y la falta de personal preparado. En algunos laboratorios, las máquinas están rotas o no cuentan con contrato para ser supervisadas periódicamente por técnicos especializados.
Expertos de la OMS señalan que algunos programas han puesto el foco “exageradamente” en la compra de equipamiento, sin planificar cómo va a ser empleado o conservado. Ello, mientras queda relegado el diagnóstico a posibles portadores del virus. En Zimbabue, por ejemplo, únicamente el 5,6% de los pacientes de VIH en tratamiento por consumo de drogas ha sido sometido a pruebas diagnósticas para determinar la carga viral, algo bastante lejos del objetivo del 21%.
“Se necesita un liderazgo fuerte, recursos, planificación y gestión para mejorar los servicios de laboratorio”, concluye la OMS.