El pasado 13 de marzo la OMS puso en marcha una Task Force internacional dedicada a promover iniciativas para paliar la falta de profesionales sanitarios en el mundo entero, pero sobre todo en África. La organización internacional estima que hacen falta 4,3 millones de médicos en el planeta. Estas carencias son especialmente alarmantes en 36 países del África subsahariana, donde hay un déficit de un millón de profesionales.
Esta escasez en África se agrava porque desde hace treinta años buena parte del personal sanitario emigra a países de Occidente donde gana más dinero y dispone de mejores recursos tecnológicos. En los años setenta emigraban a razón de 2.000 por año, en la década siguiente la pérdida era de 8.000 anuales, y actualmente son 23.000. Los destinos preferidos son Gran Bretaña, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia. Esta situación ha dado lugar a que haya más doctores etíopes y ghaneses en Estados Unidos que en sus países de origen. También el 70% de los médicos graduados en Zimbabue en los noventa se han marchado del país, situación en la que influye el marasmo económico creado por el presidente Mugabe.
Este éxodo agudiza la crisis de los sistemas nacionales de salud de los países africanos. La falta de recursos, las escasas posibilidades de promoción o especialización, la sobrecarga de trabajo, las políticas de contratación de los países desarrollados y los bajos salarios nacionales son los factores que provocan el déficit africano.
Eric Buch, consejero para asuntos de salud de la NEPAD (siglas en inglés de Nueva Asociación para el Desarrollo en África), ha explicado que «la pérdida de personal aumenta los niveles de mortalidad y estanca el crecimiento económico». En su opinión, los países desarrollados deberían formar y abastecerse de sus propios profesionales y contribuir a la formación de más profesionales en África. Así ha hecho hace un par de años el Reino Unido, que ha aumentado la inversión en sus Facultades de Medicina a la vez que proporciona ayuda a Malaui para formar médicos (ver Aceprensa 62/06). Para Buch es necesario fomentar la formación continua y la especialización y dotar a los hospitales de los recursos necesarios o ampliar las escuelas de enfermería y las facultades de Medicina con el fin de conseguir más graduados.
Los países de la Commonwealth apoyaron la redacción de un código ético presentado a finales de 2005. El código ponía en marcha una estrategia para ayudar a los países afectados por la «fuga de médicos». Sin embargo, el esfuerzo no ha sido suficiente. A la vez, la OMS lanzó en África el programa «Trata, Educa, Retiene». La campaña pretende especializar a un mayor número de profesionales en la lucha contra el sida y fortalecer los sistemas de salud nacionales para evitar la emigración.
ACEPRENSA