Un testimonio pro vida, emitido como publicidad en la final del fútbol americano, la Super Bowl (cfr. Aceprensa, 2-02-2010) ha revelado que los pro-choice no lo son tanto, cuando la elección de otros no les gusta.
Durante muchos años, las feministas pro-choice han echado pestes de la Super Bowl. Muchas denunciaban la imagen de mujer-objeto que transmitían las deslumbrantes cheerleaders, con sus pompones y sus minifaldas. Por no hablar de las bellezas americanas que anunciaban cervezas para machos.
Vistas así las cosas, se comprende que al feminismo no le hiciera ninguna gracia este evento. Lo sorprendente es que todo esto haya caído en el olvido. Cuando se supo que la CBS emitiría el anuncio de Tim Tebow, las pro-choice se lanzaron a ensalzar la Super Bowl como la quinta esencia de los valores americanos.
Este fue el argumento de Jehmu Greene, presidenta de la organización Women’s Media Center: “Un anuncio que emplea el deporte para dividir en vez de para unir no debería tener cabida en el evento deportivo más importante del año”. De ahí que concluya diciendo que el spot de Tebow forma parte de “una agenda anti-americana”.
En la misma línea, Terry O’Neill, presidenta de la National Organization for Women (NOW), considera el anuncio “extremadamente ofensivo y degradante”. La vicepresidenta de NOW, Erin Matson, añade un poco de leña al fuego y nos sorprende con otra perla: “Es odio camuflado de amor”. Y advierte que el anuncio “pone en peligro la salud de la mujeres”.
Entre los razonamientos de las pro-choice no han faltado tampoco los sutiles argumentos morales: “Es ofensivo -insiste O’Neill- mostrar una postura propia como si fuera mejor que la de los demás”.
Ofensivo, peligroso, degradante… A estas alturas, cualquiera que no haya visto el vídeo se estará temiendo lo peor. Quizá un siniestro pro vida descuartizando a médicos abortistas, o bien un paranoico prendiendo fuego a cientos de centros abortistas.
Pero lo cierto es que el anuncio no podía ser más inocente. Con una encantadora sonrisa, Pam Tebow explica que decidió tener a su hijo Tim -convertido ahora en una estrella del fútbol americano-, pese a que los médicos le habían animado a abortar.
Cuando termina de hablar Pam, entra en escena Tim: bromea con su madre, la abraza y le da las gracias. El spot termina con un mensaje final: “Celebra la familia, celebra la vida”… Terrible.
Pam Tebow se ha limitado a contar la historia de una elección. Aunque su embarazo podía ser peligroso -había contraído una infección muy grave-, ella eligió tener a Tim. Ahora los dos se alegran por esa elección.
No deja de ser curioso que sean precisamente las pro-choice las que hayan montado el pollo. El hecho de que Pam pudiera elegir libremente y que ahora sea feliz, ¿no debería ser un motivo de alegría para las abanderadas del derecho a elegir?