Lo que hay que saber sobre la píldora abortiva

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Los laboratorios Exelgyn, responsables de la fabricación de la píldora abortiva RU 486, han presentado a principios de abril en París la solicitud para que su producto pueda comercializarse en varios países de la Unión Europea (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Grecia y Holanda). Los representantes de los diferentes países tienen noventa días para dar su opinión. Ofrecemos un resumen de un informe sobre la RU 486 elaborado por el Dr. Justo Aznar, jefe del Departamento de Biología Clínica del Hospital de la Fe (Valencia) y presidente de la Asociación Valenciana para la defensa de la Vida, que ha sido publicado en el boletín Dimensión de vida (primer trimestre de 1999).
La RU 486 es un fármaco que se utiliza casi exclusivamente para producir abortos de embriones de pocos días de vida. Actúa impidiendo que la hormona llamada progesterona desarrolle sus normales acciones fisiológicas. Esta hormona se sintetiza en la segunda parte del ciclo sexual femenino. (…) Tras la ovulación, se desarrolla en el ovario el cuerpo amarillo, que es el encargado de producir la progesterona (…), hormona que prepara a la matriz para que pueda anidar el nuevo embrión, en caso de que haya habido fecundación. Si ésta no se ha producido, hacia el día 28 del ciclo sexual femenino, todo ese tejido, que se había desarrollado para que el embrión se implantara, se elimina con la menstruación, iniciándose un nuevo ciclo sexual.

Administrada antes de la implantación del embrión, la RU 486 impide que el endometrio experimente los cambios necesarios para acoger a dicho embrión. Administrada después de la implantación del embrión, bloquea la actividad secretora del endometrio e inicia la erosión endometrial, lo que induce a que se produzca el desprendimiento del embrión de la pared del útero.

Además, al no poder la progesterona desarrollar su normal actividad biológica, aumenta la contractilidad del músculo uterino y se facilita el reblandecimiento y dilatación del cérvix, todo lo cual conduce a la expulsión del embrión (New England Journal of Medicine 329: 404- 12, 1993).

La RU 486 fue sintetizada en 1980 por los doctores Daniel Philibert y Georges Teutsch, investigadores de la firma farmacéutica Roussel-Uclaf, dándosele el nombre de mifepristona. Desde el principio, el doctor Étienne- Émile Baulieu, también de la misma empresa, y ya por entonces prestigioso especialista en el campo de la endocrinología, impulsó esta investigación. Poco depués se descubrió la acción abortiva de la RU 486.

(…) En 1985, Mark Bygdeman, del Instituto Karolinska de Estocolmo, propuso añadir a la RU 486 una prostaglandina para mejorar su eficacia abortiva. Siguiendo la sugerencia de Bygdeman, se iniciaron nuevos ensayos clínicos en Francia, Gran Bretaña, Suecia y China, combinando mifepristona y prostaglandinas.

Aspectos clínicos de la píldora

En 1990 se publica el primer estudio amplio (New England Journal of Medicine 322: 645-8, 1990), en el que se incluyeron 2.115 mujeres a las que se administraron 600 mg de mifepristona seguida a las 48 horas por una prostaglandina: gemeprost o sulprostona. La eficacia abortiva fue del 96%.

En 1993 se comunican las primeras experiencias combinando la RU 486 con misoprostol, otra prostaglandina (New England Journal of Medicine 328: 1509-13, 1993), obteniéndose una eficacia abortiva del 96%. Experiencias que fueron confirmadas por otros autores, quienes utilizando ambos fármacos juntos, mifepristona y misoprostol, consiguieron una eficacia abortiva del 95%.

En 1998 se publica el más amplio estudio realizado en Estados Unidos (New England Journal of Medicine 338: 1241-7, 1998), en el que se incluyen 2.121 mujeres de 17 hospitales, también con mifepristona y misoprostol, obteniéndose una eficacia abortiva del 90%, aproximadamente.

La eficacia abortiva aumenta significativamente cuando a la RU 486 se añade una prostaglandina. Las prostaglandinas son compuestos químicos entre cuyas acciones se encuentra el favorecer las contracciones de los músculos lisos uterinos. Por ello, favorecen el desprendimiento del embrión de la pared del útero y su posterior expulsión.

Hasta el momento se han utilizado tres prostaglandinas: gemeprost, sulprostona y misoprostol. Actualmente sólo se utiliza el misoprostol. Se trata de una prostaglandina que hace unos años se utilizaba exclusivamente como antiulcerosa, en una preparación comercial conocida como Cytotec. Entre sus efectos secundarios no deseados estaba el producir abortos. Su uso como antiulceroso está autorizado en más de 70 países, entre ellos España, pero no así su utilización como abortivo.

Actualmente se suelen administrar 600 mg de mifepristona (RU 486) y, dos días después, 400 mg de misoprostol. Después se mantiene a la mujer en observación durante cuatro horas, en el propio hospital. Si no aborta, se le envía a casa para esperar a que lo haga. 48 horas después de haber abortado, debe regresar al hospital para comprobar si se ha producido el aborto de forma completa. A los 15 días tiene que volver de nuevo al hospital para comprobar que no han quedado restos fetales ni placentarios intrauterinos. En caso de que el aborto no se haya producido es preceptivo realizar un aborto quirúrgico.

Efectos secundarios y contraindicaciones

Contrariamente a lo que esperaban sus promotores, los efectos secundarios negativos de la RU 486 son manifiestos (ver recuadro). Destacan sobre todo las hemorragias vaginales, que en un 5% de los casos pueden ser importantes, requiriendo en algunas circunstancias incluso la transfusión de sangre. La importancia de los efectos secundarios es lo que ha obligado a que la RU 486 únicamente se pueda administrar en medio hospitalario. Incluso en tres casos se han detectado accidentes cardiovasculares, que en una ocasión condujeron a la muerte de la mujer por infarto de miocardio (Family Planning Perspectives 23: 275-82, 1991). De todas formas, siempre que esto ha ocurrido, la prostaglandina asociada era la sulprostona, por lo que prácticamente se ha desechado su uso.

Como la mayoría de los fármacos, la RU 486 también tiene contraindicaciones, que en este caso son amplias, lo que hace que su utilización tenga que ser necesariamente supervisada por un médico (ver recuadro).

Si la píldora abortiva falla

Uno de los problemas más debatidos en relación con la píldora es si puede producir malformaciones congénitas en los fetos, en caso de que el aborto no se produzca y el embarazo prosiga. (…) Dado que hoy la RU 486 nunca se administra sola, lo que hay que valorar es en qué medida su asociación a una prostaglandina, especialmente al misoprostol, puede ocasionar malformaciones congénitas.

El misoprostol tiene efectos teratógenos [inducción de anomalías y monstruosidades en el organismo]. A pesar de ello, el misoprostol se sigue utilizando como prostaglandina, conjuntamente con la RU 486, lo que ha permitido comprobar la existencia de malformaciones congénitas cuando estas dos drogas se utilizan conjuntamente como abortivos.

Si la RU 486 falla, es imperativa la terminación del embarazo e informar a la mujer de los posibles riesgos teratógenos. Para esta información, en Francia se utiliza la siguiente fórmula: «La presente conoce las limitaciones del método, y en particular el riesgo potencial de embriotoxicidad, si el embarazo continúa después de haber tomado la RU 486 seguida de una prostaglandina» (Nature 338: 110, 1989).

En Brasil y Cuba ha sido utilizado el misoprostol con fines abortivos. Ello ha permitido comprobar que puede producir malformaciones congénitas en niños nacidos, cuando su efecto abortivo había fallado y las madres decidieron seguir con el embarazo. (…) Todo ello ha sido ampliamente confirmado en un estudio publicado el pasado mes de mayo (Lancet 351: 1624-7, 1998) en el que se han valorado malformaciones congénitas en niños nacidos en São Paulo (Brasil) de madres que habían utilizado misoprostol durante su embarazo. De 42 niños, 17 presentaron malformaciones, especialmente en sus extremidades.

Como método anticonceptivo

Al descubrirse la RU 486, se planteó la posibilidad de que pudiera ser utilizada como método de planificación familiar. Pero esto no se confirmó, al comprobar los efectos secundarios que la mifepristona tenía, lo que ha hecho que pueda ser únicamente utilizada en medios hospitalarios. Sin embargo, sí se ha utilizado como «píldora del día siguiente». En efecto, la RU 486 puede ser efectiva si es administrada dentro de las 72 horas después de la relación sexual.

También se puede utilizar como método de planificación familiar. (…) Pero los autores de investigaciones de este tipo estiman que el método debe ser mejorado para que pueda competir con los métodos anticonceptivos actualmente en uso.

Nada de aborto doméstico

Cuando se llevaron a cabo las primeras experiencias con la RU 486, se pensó que podría servir para realizar el aborto en un ámbito estrictamente personal. La mujer adquiriría la píldora, se la tomaría, y en su propia casa, tras una regla más o menos abundante, terminaría con ese embarazo no deseado. De esta forma, el aborto por la RU 486 se podría convertir en el más sencillo y eficaz método de planificación familiar.

Pensando en esta finalidad, se estaba tratando de introducir el concepto de «regulador de la menstruación» para la RU 486. Se pretendía que la palabra aborto desapareciera del entorno de la RU 486, y con ello, toda la carga ética negativa que va unida a esa palabra. Se trataría únicamente de que cuando una mujer tuviera un retraso en la regla se pudiera tomar la RU 486, y la regla le volvería. Así ni se plantearía siquiera la posibilidad de estar embarazada, ni mucho menos que estaba terminando con una vida humana. (…)

En oposición a la RU 486 no están sólo los pro vida, sino también un amplio sector del feminismo. Todos los argumentos con los que se había querido promocionar la RU 486 como droga-milagro han sido desmontados.

Dicen estas mujeres, y no les falta razón, que la RU 486 es un engaño: resulta que lo que iba a ser un aborto desmedicalizado exige mayor supervisión médica; resulta que la promesa de aborto privado en casa exige tres o cuatro visitas a un centro oficial autorizado con sus esperas, a veces largas; resulta que lo anunciado como aborto libre implica ingerir unas pastillas ante testigos, someterse a ecografías vaginales de control, pasarse 48 horas con dolor abdominal y a veces sangrar más de lo deseable.

Además, se encuentran con que lo que iba a ser más barato resulta más caro. Incluso el aborto con RU 486, con su pesada carga tecnológica y su nada despreciable tasa de complicaciones, es peligroso para la salud de muchas mujeres.


El tortuoso camino hacia la comercialización

El 23 de octubre de 1988 las autoridades sanitarias francesas daban el visto bueno a la comercialización de la RU 486, que ya con anterioridad había comenzado a utilizarse en China. Sin embargo, su uso dio lugar a una serie de protestas públicas, por lo que al día siguiente de su aprobación los laboratorios Roussel-Uclaf la retiraron del mercado. Pero, seis días después, el gobierno francés -propietario del 36,25% de las acciones de esta firma farmacéutica- ordenó a Roussel-Uclaf que siguiera fabricando la RU 486.

En 1991 fue aprobada su utilización en el Reino Unido, y en 1992 en Suecia. Actualmente, la RU 486 está disponible en los hospitales de Francia, Suecia, Gran Bretaña, EE.UU., China e India.

Cambio de manos

En abril de 1997, ante las presiones sociales contrarias a su utilización y el riesgo económico que podía suponer, la firma Hoechst decide ceder los derechos de fabricación al doctor Édouard Sakiz, que hasta 1993 había sido director ejecutivo de Roussel-Uclaf [cfr. servicio 55/97].

Según la portavoz de Hoechst, Catherine Euvrard, la venta de la RU 486 podría suponer unos beneficios aproximados de 3,5 millones de dólares, siendo el total de lo facturado por Hoechst, en aquel momento, de 1.600 millones de dólares. Por ello, decidieron que no convenía poner en riesgo un mercado millonario por un solo fármaco. Esto fue lo que le indujo a ceder la patente de fabricación. Sakiz fundó una pequeña empresa, Exelgyn, que sólo comercializa la RU 486. De esta forma es más difícil ejercer presión sobre ella, al no tener otros fármacos cuya venta pudiera estar comprometida.

El mercado estadounidense

En 1989 los fabricantes de la RU 486 intentan comercializarla en Estados Unidos, pero el organismo federal encargado del control de los fármacos (FDA) prohíbe su importación. (…) Se intentó luego introducirla como fármaco antitumoral, pero en 1992 el National Cancer Institute denegó el permiso para usar la RU 486 en el cáncer de mama, ya que no encontró ninguna ventaja de la mifepristona sobre los fármacos que ya existían.

Ante las dificultades para su difusión en Estados Unidos, en 1993 el presidente Clinton intercede personalmente para que se autorice las distribución de la píldora en ese país. Para facilitar dicha distribución, en 1994 Roussel-Uclaf cede gratuitamente la patente para Estados Unidos al Population Council (fundación dedicada al control de la población), pero esta institución no encuentra una empresa que la quiera comercializar.

En 1994 se realizan los primeros ensayos clínicos en Estados Unidos, llevados a cabo por la Universidad de California, con una investigación financiada por la OMS. En 1996, un organismo de la FDA da una aprobación provisional y el Population Council encarga la distribución de la RU 486 a los laboratorios Danco, y la fabricación a una firma húngara que luego optó por dejar de fabricar la píldora.

La píldora en España

En abril de 1987 se realizan las primeras experiencias clínicas en el Hospital General de Valencia. Posteriormente, y con autorización del Ministerio de Sanidad, se inician investigaciones en dos centros sanitarios más, el Hospital del Mar de Barcelona y el Hospital Severo Ochoa de Leganés. Como ocurrió en Francia, también surgen protestas sociales en contra de estas experiencias, entre ellas la de la Federación Española de Asociaciones Pro-Vida . (…)

La polémica estaba servida, lo que se constata por la amplia difusión del debate en los medios de comunicación. Sin duda, ello se debe a la acción abortiva de la mifepristona. Esto hace que el doctor García-Donato, responsable de las experiencias en el Hospital Clínico de Valencia, tratara de introducir el concepto semántico de que la RU 486 era un «regulador de la menstruación», siguiendo los pasos marcados por Roussel-Uclaf. De este modo, dice, el control de la fertilidad estaría en el límite entre los anticonceptivos y la interrupción del embarazo, por lo que cree apropiado definir la acción de la RU 486 como contragestación; como previamente había sugerido el propio Baulieu. Así la palabra aborto desaparecería del entorno de la píldora y sus dificultades éticas quedarían oscurecidas.

En 1990 se hace una propuesta en el Congreso para introducir la comercialización de la RU 486, pero no prospera por considerarse que el fármaco está en fase de experimentación. Hasta noviembre de 1997 no se vuelve a proponer la utilización de la píldora. Esta vez la Comisión de Sanidad del Congreso aprueba por unanimidad una proposición no de ley en la que se insta al gobierno a que establezca conversaciones con el laboratorio que tiene la propiedad de la patente para abordar y, en su caso eliminar, los obstáculos existentes en orden a posibilitar la comercialización en España.

[Después el Ministerio de Sanidad ha aprobado su utilización exclusivamente en hospitales y dentro de los tres supuestos de despenalización del aborto previstos en la ley].

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