Cuando se empezó a aplicar la inseminación artificial heteróloga, era convicción general que el donante de esperma debía permanecer anónimo. Pero al cabo del tiempo se vio que, para los así concebidos, el deseo natural de conocer su origen paterno puede ser muy fuerte, y que para algunos donantes puede resultar duro sospechar que en el mundo hay hijos suyos y no saber quiénes son. En EE.UU., la mayoría de los 150 bancos de esperma mantienen el anonimato de los donantes, pero cada vez hay más que facilitan información a los hijos sobre quién es su padre. Una docena de bancos han creado registros de donantes, a los que puede acudir un nacido por inseminación artificial al cumplir 18 años (New York Times, 21-V-2002). El hijo recibe los datos necesarios para ponerse en contacto con su padre, que puede o no acceder a conocerle.
En otros lugares, como Suecia, Austria o el Estado australiano de Victoria, es obligatorio identificar al donante si el hijo lo pide. En Canadá, un proyecto de ley llevado al Parlamento el pasado mayo obliga a crear un registro de donantes de esperma, aunque el donante puede impedir que su hijo biológico acceda a la información. En Italia no se planteará el problema si va adelante la ley de reproducción asistida ya aprobada en el Parlamento, pues prohíbe la fecundación heteróloga y el uso de estas técnicas para las mujeres solas.
En Gran Bretaña, el gobierno se plantea la posibilidad de levantar la obligatoriedad del anonimato, según informaciones del Daily Telegraph (14-V-2002). La propuesta, en fase de consultas, está siendo estudiada por la Human Fertilisation and Embryology Authority (HFEA), el organismo regulador de la fecundación artificial. La ley actual solo permite a la HFEA facilitar a los hijos concebidos por óvulo o esperma de donante información sobre algunas características físicas del progenitor anónimo (color de los ojos, altura, raza…).
Hay una muestra reciente de que en Gran Bretaña el ambiente está cambiando. La baronesa Warnock, presidenta de la comisión oficial que inspiró la ley británica de fecundación artificial, dijo el 16 de mayo en una conferencia que el niño concebido por donación de esperma tiene derecho a saber quién es su padre.
En Gran Bretaña han nacido unos 18.000 niños por donación de gametos o embriones desde 1991. En EE.UU., según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, el recurso a la inseminación artificial ha crecido mucho en los últimos años. Mientras que en 1995 se produjeron por este método 1.659 embarazos que dieron lugar a 1.350 nacimientos, en 1998 fueron 9.361 los embarazos y 7.712 los nacimientos. La mayor parte de los clientes son parejas con problemas de infertilidad masculina, pero está subiendo el número de mujeres solas o parejas de lesbianas.