La asociación de médicos holandeses KNMG se ha manifestado en contra de que se apruebe una norma especial para aplicar la eutanasia a aquellas personas mayores que consideren que su vida se ha “completado”. Aunque algunas desean morir, dice, “podría acarrear efectos sociales indeseables”.
La nueva norma autorizaría el suicidio asistido, mediante la toma de un fármaco, a las personas mayores “con un firme y bien considerado deseo de morir”. Esa decisión, a diferencia del protocolo vigente para la eutanasia, se tomaría con independencia de que el interesado estuviera experimentando o no un sufrimiento insoportable, dice el sitio DutchNews.
Según el sitio, bajo la nueva norma, objetada por el KNMG, un experto independiente se cercioraría de que el anciano no actuara por un impulso repentino o bajo la presión de la familia. Cabe destacar que la mencionada asociación médica no está ni mucho menos a favor de abolir la eutanasia o cualquiera de sus variantes. Su reparo, avisa en un comunicado, está en que la actual legislación funciona bien, y la eutanasia se practicaría con menos garantías si se la aplicara a individuos sanos.
“La vulnerabilidad asociada con la edad, por la cual las personas sufren múltiples problemas médicos y no médicos, puede considerarse sufrimiento insoportable”, y caer por tanto dentro de la ley de eutanasia en vigor, estiman. En cambio, una ley específica para personas sin problemas médicos podría causar en los mayores “un sentimiento de inseguridad” y hacer recaer sobre ellos “el estigma de la vejez”. Por lo anterior, la organización cree que el gobierno, “en vez de abrir una nueva vía al suicidio asistido”, debe buscar soluciones para que los ancianos no sientan que su vida es inútil.
Según DutchNews, la ampliación de la ley de eutanasia estará muy probablemente en las conversaciones para la formación del nuevo gobierno holandés. El partido D66 (con 19 diputados) es el principal promotor de los cambios, mientras que el mayoritario VVD (con 33) dice que los apoyaría, y los democristianos (19), llamados a desempeñar un papel clave en el nuevo gabinete, se oponen a la reforma.