Cuando en marzo de este año se volvió a discutir un proyecto de ley de eutanasia –que no prosperó– en el Parlamento francés, Olivier Véran, ministro de Sanidad, se mostró contrario. Argumentó diciendo que la ley vigente sobre la etapa final de la vida permitía resolver “la inmensa mayoría de las situaciones difíciles”. Para el gobierno, la verdadera prioridad es reforzar los cuidados paliativos.
En aquella ocasión prometió una mejor aplicación de ley Claeys-Leonetti, que autoriza la sedación profunda de pacientes terminales, pero cierra la puerta a la eutanasia. Anunció también que pronto presentaría un nuevo plan de cuidados paliativos, que fue dado a conocer hace dos semanas.
Frente a la presión por aprobar una ley de eutanasia, el ministro de Sanidad busca asegurar que se cumpla la actual legislación destinando más recursos, incentivando la formación de los médicos en medicina paliativa y promoviendo que los pacientes conozcan mejor sus derechos.
En la presentación del plan trienal (2021-2024) de cuidados paliativos y soporte al final de la vida, Véran hizo hincapié en las desigualdades en el acceso a este tipo de atenciones que aún existen en el país. Si bien las unidades de cuidados paliativos en hospitales han aumentado de 139 a 164 desde 2015, existen aún 26 departamentos que no cuentan con una. Esa es una de las deficiencias que buscará subsanar el plan.
Formar médicos
Para el doctor Olivier Mermet, uno de los autores del plan, “es falso que en Francia se muera en malas condiciones”, como dicen los partidarios de la eutanasia; pero sí es necesario mejorar lo que ya se hace. El plan buscará reforzar los 428 equipos móviles de cuidados paliativos disponibles para ser utilizados en hospitales, asilos de ancianos o en los domicilios de los pacientes, a la vez que fortalecerá el acceso a los cuidados paliativos en el propio hogar.
La formación de los médicos también es un punto clave. Durante los próximos cinco años se necesitarían 350 médicos más para cubrir las necesidades en esta área, por lo que se desarrollará un curso universitario de especialización en medicina paliativa.
Además de mejorar el acceso a esta atención, la otra gran prioridad es inculcar una cultura de anticipación a esta etapa de la vida. Esta mayor conciencia de los derechos del paciente, y en particular de los cuidados paliativos, “es la base para mejorar la atención”, dijo el ministro.
Una de las medidas previstas en este sentido es una campaña comunicacional para incentivar la redacción de documentos de últimas voluntades y el nombramiento de una persona de confianza que pueda representar al paciente en caso de hallarse impedido.
La inversión pública en cuidados paliativos es una demostración del interés que existe en aplicar correctamente la ley de 2016. Para el año próximo se han presupuestado 16 millones de euros, 5 millones más que en 2021, y la asignación total para el periodo 2021-2024 suma 171 millones, de los que 59 millones se destinarán a medidas nuevas para ampliar los servicios de paliativos.
Se sigue así el camino propuesto en un manifiesto de 2018 firmado por más de 175 asociaciones especializadas en atención paliativa, en el que resumían en 12 puntos su postura a favor del cuidado de las personas en la etapa final de la vida.
“Los cuidados paliativos deben estar accesibles en todas partes y para todos. Son un derecho del paciente. Actualmente, demasiados enfermos no reciben cuidados paliativos cuando los necesitan. Esto debe cambiar. ¡Apliquemos la ley, toda la ley, nada más que la ley!”, argumentaba el manifiesto en una de las doce razones.