El próximo 2 de noviembre, los electores californianos decidirán en referéndum si la marihuana pasa a ser una sustancia legal, y su producción, comercio y consumo, regulados y sometidos a tributos (ver artículo relacionado). Como las bebidas alcohólicas, el cannabis podría ser adquirido libremente por los mayores de 21 años. Ahora es delito poseer más de una onza (28,3 gramos). La idea, de nombre oficial Proposición 19, pretende entre otras cosas ahorrar al estado dinero (quizá 300 millones de dólares al año, según cálculos de RAND Corporation) que ahora se gasta en los detenidos y encarcelados por la droga, y proporcionarle ingresos por impuestos (en torno a 1.400 millones anuales).
California fue el primer estado del país que legalizó el cultivo y consumo de marihuana con fines médicos. Hoy, trece estados más y el Distrito de Columbia han hecho lo mismo. Sin embargo, la Proposición 19 no tiene la victoria asegurada. Unas encuestas pronostican que ganará, y otras que perderá, en todo caso por corta diferencia.
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Entre las organizaciones que apoyan la propuesta está la NAACP, principal representante de la población negra. Su argumento se basa en la llamativa desigualdad en contra de los negros por lo que respecta a la represión de la marihuana. En los condados más poblados, presentan una tasa de detenciones tres, cuatro o cinco veces mayor que la de los blancos. En toda California son menos del 10% de los habitantes, pero de los 1.515 encarcelados por cannabis en el estado, casi la mitad son negros. Alice Huffman, presidenta de la NAACP en California, llama a la ley vigente contra la marihuana “el último instrumento para imponer una justicia racista a los afroamericanos pobres”.
La toma de postura de la NAACP le ha traído un enfrentamiento con otros líderes negros, principalmente religiosos, que se han aliado para combatir la Proposición 19. Algunos han pedido que Huffman dimita. Ellos ven el asunto de otra manera: la legalización, al abaratar la droga y facilitar su difusión, llevaría a un aumento del consumo, con efectos devastadores en muchos afroamericanos pobres.
Resulta difícil estimar cuánto subiría el número de consumidores si se legalizara la marihuana. Pero es posible que el aumento sea fuerte, pues el precio bajaría mucho, hasta un 80%, calcula la RAND Corporation. Esto supondría que bastarían 60-90 dólares para comprar una onza, de la que se pueden sacar 40-60 porros.
Los pastores negros temen sobre todo por los más vulnerables de sus comunidades, los jóvenes y los pobres. Tienen a su favor el conocimiento directo de la gente, o aun la experiencia personal. Uno de los líderes más activos contra la Proposición 19 es el obispo Ron Allen, de la International Faith Based Coalition, de Sacramento, ex adicto al crack que empezó por la marihuana.
Tienen también más sintonía con el sentir popular. Pese a la desigualdad subrayada por la NAACP, entre los negros de California el “no” a la Proposición 19 gana al sí por amplio margen, según una encuesta de Field Research Corp. publicada el 9 de julio. La legalización es una causa sobre todo de blancos; también las otras minorías están en contra, y en mayor proporción que los negros (ver tabla).
Pero la postura de los negros puede tener mayor importancia en el referéndum porque ellos suelen participar más en las elecciones. Al voto negro se atribuye una influencia decisiva en la revocación del matrimonio homosexual en California en el referéndum de 2008 (cfr. Aceprensa, 12-11-2008). Esta vez también podría pasar lo mismo: los negros que, según la misma encuesta, piensan votar no, representan más de los tres cuartos de la ventaja de esta postura en el electorado total.