Si a una mujer se le diagnostica cáncer de mama cuando está embarazada, abortar no mejora el pronóstico. Así concluye la Dra. Cristina Saura, jefa de la Unidad de Mama del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona), en su reciente tesis doctoral.
La investigación está basada en más de cincuenta casos tratados en el hospital. Como ha comprobado la Dra. Saura, las madres gestantes pueden seguir el tratamiento contra el cáncer –tanto cirugía como quimioterapia– sin daño alguno para el hijo. Tampoco para ellas, el embarazo supone riesgo añadido, y lo mejor es que sigan un tratamiento lo más parecido posible al de las pacientes no embarazadas. Solo son desaconsejables la radioterapia y los fármacos biológicos.
La investigadora, citada en una nota de prensa del Hospital, señala: “La utilización de quimioterapia no produce ninguna alteración neuropsicológica posterior del neonato, ni tampoco cardiológica, por el hecho de exponer los fetos a la quimioterapia intrauterina”.