En la misma semana en que la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobaba un proyecto de ley para financiar la investigación con células madre embrionarias, un estudio publicado en la edición digital de «Nature Biotechnology» descubría que los mismos objetivos pueden conseguirse con células madre del líquido amniótico, sin necesidad de destruir embriones.
Un equipo de investigadores, encabezado por Anthony Atala, de la escuela de Medicina de la Wake Forest University, y por Paolo De Coppi, de la Universidad de Padua, ha logrado aislar en laboratorio células madre que se encuentran en el líquido amniótico, a partir de las cuales se han obtenido una gran variedad de tipos de tejidos: de hueso, músculo cardíaco, vasos sanguíneos, nervio y hepático. La investigación con este tipo de células podría significar un notable avance, ya que no implica la destrucción de embriones y tiene algunos de los rasgos que hacen técnicamente atractiva la investigación con células madre embrionarias frente a las adultas.
Las nuevas células madre analizadas muestran muchas de las ventajas de ambos tipos de células madre: crecen tan rápido y muestran tanta capacidad de diferenciarse en células de diversos tejidos como las embrionarias, pero a diferencia de estas se desarrollan sin crear tumores.
Las células madre del líquido amniótico han demostrado su pluripotencialidad, algo que siempre se ha considerado una ventaja de las células madre embrionarias con respecto a las adultas.
Pero mientras los experimentos con células madre embrionarias ha mostrado que tienden a descontrolarse y crear tumores, esta investigación indica que no sucede así con las células madre del líquido amniótico. Además, los tejidos formados a partir de estas células no tendrían riesgo de rechazo por el organismo del niño que se hubiera gestado en la placenta de origen.
Estas células pueden ser aisladas ya a las 10 semanas después de la concepción, a partir de muestras del líquido amniótico tomadas para hacer un diagnóstico prenatal del feto. Los experimentos sobre la regeneración de tejidos a partir de este tipo de células madre han sido realizados en ratones.
Atala afirma que si cien mil mujeres donasen sus células amnióticas a bancos creados para conservarlas, habrá el suficiente número de células con la diversidad genética necesaria como para proveer de tejidos inmunológicamente compatibles para todos los habitantes de Estados Unidos. Recuerda que estas células pueden obtenerse también de la placenta.
En Italia el descubrimiento ha obtenido especial eco, ya que uno de los directores de la investigación es de la Universidad de Padua. Bruno Dallapiccola, genetista director del Instituto Mendel, ha comentado: «Se sabía desde hace tiempo que en el líquido amniótico hay células madre. La novedad radica en haber demostrado sistemáticamente que con oportunos estímulos pueden convertirse en variados tejidos (grasa, hueso, endotelio, tejido cerebral y hepático). Se trata de datos preliminares pero significativos con experimentos en ratones. Ahora hay que ver si se puede transferir al hombre lo que se ha hecho con el animal».
Desde el punto de vista ético, las únicas dudas versarían sobre el modo de obtener las muestras de líquido amniótico, según fuera algo exigido por necesidades de diagnóstico o solo como un medio de obtener las células madre. La toma de muestras (amniocentesis) tiene un riesgo de aborto del 1%. Pero si, como señala el estudio ahora publicado, las mismas células pueden obtenerse de la placenta tras el parto, no habría ningún problema.
La noticia sobre esta nueva fuente de células madre se ha producido casi al mismo tiempo que en Estados Unidos la Cámara de Representantes, con la nueva mayoría del partido demócrata, aprobaba una ley para permitir la financiación federal de investigaciones con células madre embrionarias. Bush ya había dicho que vetaría cualquier ley que supusiera la destrucción de embriones humanos para investigar, como ya hizo en 2005. La ley ahora aprobada no ha logrado los votos suficientes para evitar el veto presidencial.
Precisamente algunos afirman que la negativa de Bush a financiar las investigaciones con embriones humanos ha llevado a estimular investigaciones como la de las células madre del líquido amniótico, que evitan este problema ético.
ACEPRENSA