«El sistema sanitario de Estados Unidos está en crisis» y es «incapaz de satisfacer las necesidades de la población», asegura un informe de la Academia Nacional de Ciencias. «El coste del seguro médico en la sanidad privada -señala el informe- aumenta un 12% anual. La gente cada vez paga más de su bolsillo y recibe menos prestaciones». Desde hace diez años crece el número de personas sin seguro médico en el país. En la actualidad, 41,2 millones de ciudadanos -uno de cada siete- carecen de él.
Además, como los Estados sufren graves problemas financieros, están endureciendo los requisitos para recibir atención sanitaria gratuita en Medicaid y otros programas financiados con dinero público.
El texto, elaborado por un grupo de 16 expertos de escuelas del Institute of Medicine a petición del secretario de Sanidad de la Administración Bush, Tommy Thompson, pone de manifiesto la necesidad de cambiar el sistema actual. Pero, como ya Clinton se estrelló al inicio de su presidencia al intentar crear un seguro médico universal, los expertos proponen cambios más modestos, ensayados previamente en algunos Estados.
El informe sugiere que de tres a cinco Estados tengan como objetivo asequible que todos sus ciudadanos y residentes gocen de seguro médico, mediante desgravaciones fiscales o aumentando la cobertura de Medicaid o del Programa de Salud Infantil.
Los expertos proponen también que cuatro o cinco Estados ensayen modos de indemnizar a los pacientes en casos de mala práctica médica, si estos renuncian a llevar su caso ante los tribunales. Piensan que así los pacientes podrían recibir una compensación más rápida y segura, y a la vez disminuiría el coste del seguro que cubre la responsabilidad civil de los médicos. Ante la proliferación de querellas, el coste de este seguro es cada vez mayor, lo cual encarece la atención sanitaria y crea problemas económicos a médicos y centros de salud.
La Academia sugiere proyectos pilotos en cuatro áreas: mala práctica médica, centros de salud pública, tratamiento de enfermedades crónicas y tecnología para informatizar los historiales médicos y reducir el papeleo.
El grupo que ha realizado el informe es consciente de que en estos momentos la sanidad no se encuentra entre las prioridades del gobierno de Bush. Hay otros temas, como la economía o el terrorismo, que están antes. Sin embargo, piensan que en no mucho tiempo pasará al primer plano en la agenda nacional.