Muchos niños norteamericanos reconocen que imitan los comportamientos que ven en la televisión o al menos admiten que las emisiones televisivas les influyen, según una investigación encargada por la asociación de defensa del niño Children Now a una empresa de Los Ángeles.
La encuesta se ha realizado con chicos de 10 a 16 años. Los investigadores discuten hasta qué punto la televisión influye en los niños. Pero éstos parecen tenerlo más claro. Un tercio declara que «muchas veces» desean hacer lo que ven en la televisión, y dos tercios piensan que sus compañeros están influidos por la programación. Oportunidades para empaparse de los mensajes televisivos no les faltan: el 54% de los niños de 10 a 16 años tienen televisor en su propio cuarto y en el 66% de los hogares hay, por lo menos, tres aparatos.
El presidente de Children Now, James Steyer, mostró su sorpresa al advertir hasta qué punto «los valores de niños y adolescentes dependen de los medios de comunicación». Un 82% de los jóvenes piensa que la televisión debería enseñarles a diferenciar lo bueno de lo malo. Pero también admiten que con frecuencia lo que ven en la televisión les anima a tener relaciones sexuales antes de tiempo, a mentir y a llevar una conducta agresiva. Un 77% dice que la televisión presenta demasiado a menudo relaciones sexuales fuera del matrimonio, mientras que un 62% opina que la televisión hace que los jóvenes tengan relaciones sexuales prematuras.
Casi la mitad de los chicos se queja de que los programas de la tarde, los que más ven, sugieren que la mayoría de las personas no son honradas. Y más de la mitad opina que los padres aparecen en televisión «más tontos de lo que son en realidad». Como dato positivo, el 59% piensa que la televisión no discrimina a los niños por razón de sexo.
Junto a esta investigación, Children Now también presentaba un estudio sobre la imagen del niño en la televisión. En él se señala que la mayoría de los protagonistas jóvenes son blancos, con una estructura familiar difusa, y poco interés por el colegio o por asuntos religiosos y sociales. Muestra también que los jóvenes aparecen en la pantalla con deseos de realizar buenas acciones, aunque no les importa usar medios poco limpios, como la mentira. La escuela se presenta sobre todo como un lugar al que se va para ver a los amigos y ligar.