Breves notas sobre algunas películas que se estrenan el 24 de agosto.
Promesa al amanecer
La Promesse de l’aube
Dirección: Eric Barbier. Guion: Eric Barbier, Marie Eynard. Intérpretes: Charlotte Gainsbourg, Pierre Niney, Didier Bourdon, Jean-Pierre Darroussin, Catherine McCormack, Finnegan Oldfield, Pawel Puchalski, Nemo Schiffman, Pascal Gruselle, Alexandre Picot, Zoe Boyle, Lou Chauvain. 130 min. Adultos. (X)
Adaptación de la novela autobiográfica del escritor francés Romain Gary (1914-1980) que sin duda ha desperdiciado al personaje. La vida de Gary fue interesante: de origen ruso-judío combatió en las Fuerzas Armadas de Francia como piloto durante la Segunda Guerra Mundial y fue condecorado como Héroe de Guerra, Caballero de la Legión de Honor y Héroe de la Liberación. Fue diplomático, ganador por dos veces del Premio Goncourt, guionista, actor, director de cine y estuvo casado con Jean Seberg, una de las musas de la Nouvelle Vague.
Esa biografía podía haber dado juego cinematográfico, pero el guion se centra en la novela de Gary que pivota sobre la excéntrica relación entre el escritor y su madre, quien al parecer fue su auténtico motor vital. La extravagancia de la relación no hubiera sido problema en el caso de contarse con inteligencia y sutileza, pero no es el caso. La cinta no consigue levantar el vuelo en ningún momento: lo que nos cuenta en los cinco primeros minutos es lo mismo que se repite en las más de dos horas de metraje, solo aderezado con incursiones bélicas y con los escarceos sexuales del escritor. El tono general es bastante impostado. Carmen Azpurgua.
Revenge
Dirección y guion: Coralie Fargeat. Intérpretes: Matilda Anna Ingrid Lutz, Kevin Janssens, Vincent Colombe, Guillaume Bouchèd. 108 min. Adultos. (VX)
Tres hombres maduros y la amante de uno de ellos se disponen a disfrutar de un viaje de caza por el desierto. Incapaces de controlar su instinto, los hombres abusan de la mujer. Lo que les gustaría calificar de desliz terminará por convertirse en una caza al hombre y una espeluznante venganza.
Hay películas –y novelas, y relatos, y argumentos– que, con el noble propósito de denunciar el machismo, se convierten en bumerán. Y esta es una de ellas. Unos personajes planos (ellos) y otro con un arco de transformación absolutamente increíble (una mujer que disfruta con su condición de florero y se convierte en minutos en una pantera) son incapaces de sustentar una historia de moraleja simplista y mucha, mucha sangre. Ana Sánchez de la Nieta.