A la espera de motores de búsqueda inteligentes

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Cualquier persona familiarizada con los motores de búsqueda de Internet sabe que hay que consultar demasiadas páginas para averiguar cuánto ganó Deutsche Telekom en 2005, cuál es el volcán más alto de Guatemala o dónde comprar las películas más baratas. Sin embargo, una búsqueda a través de una web semántica daría la respuesta de forma inmediata.

La web semántica consiste en dar un paso más en las búsquedas tradicionales. La información ya está ahí, solo hay que identificarla, extraerla y etiquetarla. Uno de los proyectos más avanzados se llama SmartWeb, un consorcio alemán de empresas que quiere ofrecer servicios que necesitan esa tecnología. SmartWeb ya ha hecho alguna demostración: un usuario pregunta a través del teléfono móvil qué equipo de fútbol ganó el Mundial en 2006; el sistema acude a un buscador de Internet, verifica las páginas y extrae la respuesta: Italia.

En esta línea, un buscador europeo parecía candidato a hacerse con el público. Los gobiernos de Francia y Alemania anunciaron en 2005 la creación de Quaero (en latín, «busco»), un buscador de Internet dispuesto a competir con los estadounidenses. Actualmente el 95% del mercado europeo lo controlan tres empresas estadounidenses -Google, Yahoo! y Microsoft-. El acuerdo alcanzado por Jacques Chirac y Gerhard Schröder veía en esto todo un desafío para la cultura e identidad europea, y estaban dispuestos a invertir entre mil y dos mil millones de euros para afrontarlo.

Schröder perdió las elecciones y el nuevo gobierno de Angela Merkel nunca confirmó que continuaría a bordo. Las sospechas de que Alemania retiraría su apoyo se acaban de confirmar oficialmente hace unos días, con lo que Francia tendrá que buscarse otra pareja en el proyecto Quaero.

El secretario de Estado de Economía alemán dijo que habían decidido centrarse en un proyecto de buscador nacional -Theseus-, basado en texto y por lo tanto mucho más simple que el ambicioso Quaero, que iba a incluir búsquedas multimedia. Aunque el gobierno alemán no ha dado más explicaciones, todo apunta a que cada parte tenía una idea de buscador diferente: Francia, la del megabuscador, y Alemania, la de la búsqueda de texto inteligente.

No obstante, se han oídos algunas razones más gráficas. Algunos asesores del proyecto han dicho que los participantes no querían «reinventar la rueda» ni que les asociaran con un proyecto «anti-Google» («International Herald Tribune», 3-01-2007). En cualquier caso, Alemania está fuera, y es muy posible que Francia no sea capaz de desarrollar Quaero en solitario y pida ayuda a la UE.

Nuevos competidores para Google

El primer asalto lo ha ganado Estados Unidos por incomparecencia europea. Pero también allí hay competidores. En Silicon Valley proliferan iniciativas de motores de búsqueda en Internet que pretenden competir con Google, con Yahoo! y con Microsoft, o al menos intentan hacerse suficientemente importantes para ser comprados por estos, según informa Miguel Helft en «International Herald Tribune» (2-01-2007).

Una de estas iniciativas es Powerset, que pretende dar mejores respuestas que los otros buscadores, permitiendo que la gente formule lo que busca mediante preguntas en un inglés sencillo.

También Jimmy Wales, el fundador de la enciclopedia «on line» Wikipedia, anunció el pasado diciembre su proyecto de un motor de búsqueda, que se llamará Wikia. Como en el caso de la enciclopedia, se basará en la labor voluntaria de programadores y usuarios, y no de especialistas pagados. Wikia hará posible que los usuarios sepan cómo se han generado los resultados y permitirá que puedan cambiar la clasificación según su experiencia de Internet. Como en Wikipedia, los usuarios podrán discutir acerca de los resultados obtenidos y proponer cambios. Wales cree que hay un público para esto. No cualquier búsqueda va a suscitar un debate. Pero sí cabe esperarlo en el caso de las búsquedas más populares.

La experiencia indica que no es fácil hacerse un puesto en este campo de los motores de búsqueda. De las decenas de iniciativas lanzadas en los últimos años, ninguna había conseguido más de una cuota del 1% en el mercado de búsquedas de Internet el pasado noviembre, según Nielsen NetRatings, empresa de investigación de audiencias.

A pesar de todo, es un campo que atrae a los inversores. Desde el principio de 2004, inversores de capital riesgo han dedicado casi 350 millones de dólares a no menos de 79 iniciativas que tienen que ver con búsquedas en Internet, según datos de la National Venture Capital Association.

Después de todo, como recuerda Charles Molow, inversor en Powerset, «en 2000 también había gente que pensaba que Google era una locura». Lo que parece claro es que la web semántica tendrá mucho que decir en la futura competencia entre los motores de búsqueda.

Ignacio F. Zabala

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