Se ha cerrado el mes de las pasarelas y por ellas ha desfilado mucho más que la nueva colección 2008. El debate sobre el modelo de mujer que proponen algunos diseñadores se ha inflamado por una imagen provocadora de una campaña contra la anorexia, protagonizada por una modelo que sufre la enfermedad.
El mismo septiembre en que Valentino ha colgado sus agujas tras 45 años de carrera, la atención mediática se desvió a la capital italiana de la moda. A Milán le ha tocado rodearse de la siempre comentada publicidad del fotógrafo italiano Oliviero Toscani. El que hizo de Benetton una imagen provocadora, esta vez ha lanzado No-anorexia, la campaña donde ha posado desnuda una modelo anoréxica de tan solo 31 kilos.
Es curioso que haya sido financiada precisamente por la marca de ropa italiana No-l-ita, a la que se acusa de limitar las tallas hasta la 40. Es significativo también que después de que el fotógrafo defendiera que el mismo veneno debe convertirse en antídoto -“los medios de comunicación, la televisión, la moda son los culpables; por eso me parece muy interesante que una marca de ropa tome conciencia de su papel”-, haya quienes como el modisto Giorgio Armani consideren “oportuna y justa” esta campaña para disuadir contra la anorexia.
Pero más sorprendente aún es que el principal apoyo de Toscani haya sido el Ministerio de Sanidad italiano. El gobierno italiano llegó a un acuerdo a finales del pasado año con la Federación de la Moda italiana y la asociación Alta Moda -modistos italianos que presentan sus colecciones en Roma y Milán- para “imponer un modelo de belleza sano”.
Pero el eslogan ha reabierto el debate: ¿mostrar esqueletos de mirada “desafiante” es arriesgado para los enfermos de este trastorno alimentario? Así lo han manifestado un buen número de los afectados, asociaciones médicas, e incluso publicistas que no creen que el buen fin justifique los medios “crudos” que se emplean para alcanzarlo.
La última noticia sobre esta polémica es que el organismo de control de la publicidad en Italia ha ordenado el cese de la campaña protagonizada por la joven anoréxica. Por su parte, Toscani responde que este organismo es una institución privada, y que él solo responde ante la justicia ordinaria.
La autora española de la biografía ¡Hoy he decidido dejar de comer!, Cristina Trilla, o la Asociación para el Estudio y la Investigación sobre la Anorexia en Italia entre otros, coinciden en señalar que los anoréxicos no van a reconocer en la fotografía a una persona enferma, sino todo lo contrario: pueden sentir envidia de esa delgadez extrema.
“La mejor campaña sería plasmar imágenes saludables, enseñar a comer bien, pero eso no vende”, declaraba a raíz de la polémica Susana Monereo, encargada del control de peso en las modelos de Pasarela Cibeles. Y, en concreto, se trata de crear moda al servicio de la persona cuya satisfacción va más allá de verse bien físicamente.