El pensador holandés Rob Riemen es, ante todo, una rara avis: tiene una marcada vocación por el saber al tiempo que una inclinación innata por el compromiso y la acción. Su principal contribución no han sido únicamente los libros –cargados de símbolos y referencias universales–, sino sus empresas culturales.
En 1991, Riemen fundó la revista Nexus, con la que se propuso, según indicaba el primer número, “combatir la desolación del no saber nada y el fanatismo del saber único”. Tres años después, creó un instituto con el mismo nombre para organizar conferencias y eventos en diversas partes del mundo. Por sus estrados ha pasado lo más granado de la intelectualidad mundial, de George Steiner a Anne Applebaum.
Nobleza universal
Pero a Riemen le …
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