Contrapunto
En un artículo dedicado a criticar los abusos de la prensa en denuncias de corrupción, Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, empieza con un párrafo de divulgación histórica: «Paradigma de los juicios tiránicos fue, al menos por estos lares, la Inquisición, el Santo Oficio. Un invento de nuestra santa madre Iglesia que ocupará para siempre un altísimo lugar en la historia de la infamia y del asesinato. Allí se juzgaban y condenaban acciones y también pensamientos. El método procesal consistía en investigar al reo y no al delito, en reclamar al inculpado pruebas de su inocencia, en el uso de la tortura, etcétera» (El País, 22-X-94). El etcétera da licencia al lector para incluir todo lo malo que se le ocurra.
Pocos días más tarde, el programa Timewatch de la BBC dedicó a la Inquisición española una emisión, después de que un equipo investigara en los archivos del Santo Oficio. Sus conclusiones dan una imagen de la Inquisición distinta de la tradicional en la Europa protestante. Según la reseña publicada en The Daily Telegraph(1-XI-94), el programa «concluye que los inquisidores eran ‘casi ilustrados’ en comparación con los tribunales de otras partes de Europa.
«El Prof. Stephen Haliczer, uno de los profesores universitarios que trabajan en los archivos, dice que descubrió que los inquisidores usaban la tortura ‘con poca frecuencia’ y generalmente durante menos de 15 minutos. De 7.000 casos en Valencia, en menos del 2% se usó la tortura y nadie la sufrió más de dos veces. Más aún, el Santo Oficio tenía un manual de procedimiento que prohibía muchas formas de tortura usadas en otros sitios de Europa. (…) Los inquisidores eran en su mayoría hombres de leyes, escépticos en cuanto al valor de la tortura para descubrir la herejía».
Según el programa, «la injustificada reputación de la Inquisición se debe fundamentalmente a las invenciones de los enemigos protestantes de España». El conocido historiador Henry Kamen «compara el medio centenar de herejes protestantes quemados en España durante el siglo XVI y los 400 católicos y protestantes ejecutados por lo que llama la ‘Inquisición inglesa’ durante los reinados de María Tudor e Isabel I».
Son hechos que la investigación histórica más competente y objetiva ha reconocido ya desde hace algún tiempo. Ahora empiezan a exponerse también en la televisión para ilustrar al gran público «en la Europa protestante». No hay que desesperar: algún día llegará a enterarse hasta Joaquín Leguina.
Juan Domínguez