La contabilidad nacional de la UE, cada vez más minuciosa, quiere incluir no solo la economía legal, sino también los negocios ilegales o alegales, como el narcotráfico, la prostitución o el contrabando.
Dice que, de no incluirlos, se distorsionan los indicadores económicos, como el cálculo del PIB y la tasa de empleo. ¿Pero cómo contabilizar actividades que, por definición, son economía de lo más sumergida? Hay que buscar indicios y medios indirectos. Un reportaje de El País (20-04-09), dedicado a este asunto, menciona algunos de ellos. Por ejemplo, para estimar el sector de la prostitución en Croacia, se preguntó a los taxistas sobre la prostitución callejera y se rastreó las tarifas en Internet y anuncios clasificados.
¿Y en España? El reportaje de El País no indaga sobre los criterios que podrían utilizarse en España para evaluar la prostitución. Quizá por separar redacción y publicidad, el reportero no ha querido indagar en el propio periódico. Pero el lector encuentra poco más adelante que en la sección de anuncios clasificados de Madrid el sector más importante es el de anuncios de contactos, que suman tres páginas dedicadas a la prostitución. Desde agencias que “necesitan señoritas” a anuncios de “chicas guapas y viciosas”. El reportaje de El País se titula “Narcotraficantes y chulos, pasen por caja”.
Pero hay que reconocer que lo de El País no es un caso aislado. Casi todos los periódicos nacionales -hay honrosas excepciones, como Público y La Gaceta– publican este tipo de anuncios. Hacen así caso omiso a una resolución del Congreso de 20-02-2007, que recomendó a los periódicos que, para luchar contra la prostitución, no publicaran este tipo de anuncios. Así que para estimar la actividad económica de la prostitución, un buen indicador serían las páginas de anuncios clasificados de la prensa. Claro que los anuncios de prostitución entran ya en la contabilidad oficial que interesa a la UE. Lo que no se contabiliza es todo el negocio de mafias y explotación que encubren.