Contrapunto
El caso de las escuchas telefónicas del Cesid a personajes de la vida pública española ha servido para recordar que esta conducta está tipificada como delito en el Código Penal. Pero no todos deben de saberlo. De lo contrario, no se explica que la empresa A.D.T. de Pamplona haya elegido precisamente este mes de junio para hacer una «oferta especial de lanzamiento» de sistemas de escucha de teléfonos móviles.
La carta en que hace la propuesta asegura que algunos de estos productos «han estado reservados hasta la fecha en su mayor parte para agencias gubernamentales y similares». Pero bastan 2.357.000 pesetas para hacerse con un sistema que «interfiere cualquier tipo de telefonía móvil», con la posibilidad de programar números ya conocidos, de modo que «la intervención se realiza automáticamente».
Pero no vaya a creerse que esta cooperación al delito supone un desprecio por toda legalidad. Después de ofrecer este y otros medios de intervención para escuchar, grabar, transmitir y reproducir la intimidad ajena, el folleto de la oferta se cuida de señalar: «Prohibida la reproducción o distribución total o parcial de este documento sin el permiso de A.D.T.».
Ignacio Aréchaga