El número de periodistas que han sido encarcelados este año en todo el mundo ha alcanzado un nuevo pico: el anterior, de 2012, era 232, y en lo que va de 2016 son 259, según un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que se elabora desde la década de 1990.
La organización atribuye el alza al aumento general de las detenciones efectuadas por el gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, tras el fallido intento de golpe de Estado en julio pasado. Solo en Turquía han ido a parar a prisión este año 81 profesionales de la prensa.
Entre los encarcelados figura un antiguo corresponsal del diario Taraf, Mehmet Baransu, a quien Ankara imputa haber obtenido documentos secretos, haber insultado al presidente Erdogan y ser miembro de una “organización terrorista”, por lo que puede sumar 75 años de condena. Otra docena de sus colegas, del diario Cumhuriyet, han sido arrestados por presuntamente hacer propaganda a favor de Fetullah Gulen, la “bestia negra” del mandatario, que reside en EE.UU.
Detrás de Turquía van, en cuanto a encarcelamiento de periodistas, China (38), Egipto (25), Eritrea (17) y Etiopía (16). Por primera vez Irán queda fuera del top five, con 8 reporteros privados de libertad. Las cifras son una foto de la situación hasta pasado el 1 de diciembre.
Otros datos que aporta el CPJ son los de periodistas asesinados y exiliados. Los primeros suman 1.227 desde 1992, pero concretamente en 2016 murieron violentamente 47 (25 menos que en 2015). Respecto a los que han debido escapar de su país para asegurar su vida o su libertad, su número asciende a 452 entre junio de 2010 y mayo de 2015.
Los principales orígenes de los que han huido son Siria, Etiopía, Irán, Eritrea, Somalia y Cuba, mientras que los destinos predilectos han sido Estados Unidos, Kenia, Francia, Uganda, Alemania, Suecia y, paradójicamente, Turquía. Añade la fuente que apenas un 17% de los exiliados ha podido seguir ejerciendo su profesión en los lugares de acogida, y que solo un 4% ha podido volver a su patria.