Los premiados en el Festival (foto: Gari Garaialde)
La edición del Festival de San Sebastián que acaba de finalizar ha mostrado sus dos caras habituales: una estupenda selección del mejor cine del año y unos premios desconcertantes.
Hace unos meses, los festivales de Venecia y Cannes proyectaron demasiado buen cine como para que San Sebastián pudiese tener una Sección Oficial de títulos destacables que no hubiesen participado en esos certámenes. Tampoco era asumible repetir uno de los mejores años de cine español, como fue 2022 (Alcarràs, As Bestas, La Maternal, Cinco lobitos). Aun con este panorama, la edición de este año ha podido presumir de la presencia de títulos y cineastas importantes, la mayoría de ellos, eso sí, fuera de competición o en secciones paralelas. Pero ese nunca ha sido el problema de San Sebastián, que suele tener en torno a la Sección Oficial a concurso y en los premios finales, lo menos reseñable.
La polémica, principio y fin
A pesar de que se presentaban más de doscientas películas en el Festival, las semanas previas todas las noticias parecían dirigidas a un título, el documental de Netflix No me llame Ternera, de Jordi Évole. Sobre si blanquea o no el terrorismo de ETA hemos escrito con cierta extensión tras ver la entrevista de casi dos horas de duración.
Y si el documental sobre el ex número 1 de la banda terrorista ocupó los primeros días de Zinemaldia, las últimas jornadas estuvieron protagonizadas por La Mesías, la última serie de Los Javis, un relato aterrador de fanatismo religioso sobre el que también hemos querido detenernos a profundizar en un artículo a pie de alfombra roja.
Premios para todos los gustos (del jurado)
En el palmarés de este año han aparecido las películas que han convencido al jurado… y a muy pocos más. O Corno, convertía a la vasca Jaione Camborda en la primera mujer en ganar la Concha de Oro a la mejor película. Rodada en gallego, cuenta la historia de una partera rural en los años 70, en Illa de Arousa, que también hace funciones de abortera ilegal. Una historia contada desde el silencio y la eternidad de los planos. Cine con sello personal y oportunismo evidente.
Con un ritmo tan lánguido también salía premiada la ópera prima taiwanesa Un viaje en primavera, que recibía el premio a la mejor dirección para sus dos realizadoras primerizas con una historia de desencuentros familiares y pérdidas.
La argentina Puan obtenía dos premios importantes: el del mejor ex aequo a la mejor interpretación para Marcelo Subbioto y el de mejor guion para María Alché y Benjamín Naishat, también directores de la película. Hay que reconocerles el mérito de construir una película a partir del conflicto académico entre dos profesores universitarios de Filosofía, aunque nos hubiese gustado algo más de presencia de Leonardo Sbaraglia y su carismático personaje.
Teniendo a la francesa Claire Denis como presidenta del jurado, no podía faltar una película como Kalak en el palmarés. Producida en Groenlandia, desarrolla una historia perversa sobre abusos sexuales en la infancia, que generó algunas de las reseñas más encendidas de algunos de los críticos más veteranos, quienes la calificaron como “desconcertante” y “profundamente misógina”. Finalmente, obtuvo el Gran Premio del Jurado y el de la mejor fotografía.
Y el público… en las salas
Más allá de la competición oficial, el festival ha podido contar con el regreso inesperado de dos grandes maestros octogenarios, como el bilbaíno Victor Erice y el japonés Hayao Miyazaki, que mostraron dos películas que se recordarán por mucho tiempo por su madurez, creatividad y sutileza: Cerrar los ojos y El chico y la garza. La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, título seleccionado por España para presentar a los Oscar, se llevó el Premio del Público con un récord histórico, al alcanzar un 9,3 de media en las votaciones.
Otras películas sensacionale fueron la italiana Yo, capitán, de Matteo Garrone; la ópera prima Vidas pasadas, de la norteamericana Celine Song; la chilena La memoria infinita, de Maite Alberdi, o la danesa The Bastard (La tierra prometida), de Nicolaj Arcel. Títulos que sin duda estarán entre las elegidas en las nominaciones de los grandes premios del año, y que han permitido que el festival haya obtenido el galardón más importante de todos: las elevadas cifras de asistencia del público a las salas de cine a lo largo de estos días, con un récord de 29.000 entradas vendidas el domingo previo al inicio del certamen.