El presidente Bush ha lanzado un programa de cheque escolar, válido exclusivamente durante este curso, para alumnos desplazados como consecuencia del huracán Katrina. El cheque, financiado con fondos del gobierno federal, asciende a un máximo de 7.500 dólares y se podrá gastar en cualquier escuela privada, confesional o no. Según Margaret Spellings, secretaria de Educación, la medida tiene como finalidad proporcionar a los alumnos afectados una educación similar a la que recibían en Nueva Orleans, donde un segmento amplio del alumnado asiste a colegios católicos.