A ritmo de caceroleos, marchas multitudinarias, choques con la policía y una tenacidad que pone contra las cuerdas al gobierno de Sebastián Piñera, los estudiantes chilenos no piensan dejar tranquilas las calles hasta que vean cumplida su reivindicación: la reforma del sistema educativo del país, un modelo que ha sido utilizado como ejemplo en la región pero que genera descontento en Chile.
En enero pasado, el presidente Piñera presentó una serie de medidas para cambiar el desarrollo de las aulas, ideas que cayeron mal desde el principio en los sindicatos estudiantiles. “Será un año de protestas”, avisaron. Y así, desde hace tres meses, en los que demandan mejoras en la calidad de la educación, los estudiantes secundarios y universitarios h…
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