Siempre que se habla de la escuela privada francesa suele mencionarse a los casi dos millones de alumnos que acuden a unos 9.000 centros que funcionan bajo contrato con el Estado desde la ley Debré de 1959. Su financiación y su inmersión en el sistema público son completas. Siguen los mismos planes de estudios y horarios, aunque tengan idearios específicos. Por eso, a la hora de las reivindicaciones, pueden salir a la calle con los sindicatos de la escuela pública, como se comprobó al comienzo del curso el pasado mes de septiembre en París (cfr. Aceprensa, 28-09-2011).
Muy distinto es el caso de las 900 instituciones que acogen a 58.000 estudiantes –sobre un total de doce millones– desde el kindergarten hasta la escuela secundaria, a las qu…
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