Santiago. Hace poco, Chile parecía una isla en el panorama internacional: mientras muchos otros países estaba afectado por la crisis, su economía crecía, aumentaba la inversión e incluso se esforzaba por atraer inmigrantes, para cubrir las necesidades de una economía pujante. El crecimiento, bien administrado por el gobierno liberal-conservador de Sebastián Piñera (2010-2014), despertó las expectativas de grandes masas de chilenos e hizo patente el problema de la desigualdad existente en el país. Este malestar venía incubándose desde hacía años, pero se tornó particularmente evidente en ese periodo: todos habían mejorado, pero no en la misma medida. Como hablar de igualdad lleva consigo preocuparse de la educación, este pasó a ser el tema c…
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