En Estados Unidos, los profesores de la enseñanza pública trabajan más que antes y están mejor preparados que nunca. Lo dice la última encuesta quinquenal (Status of the American School Teacher) de la National Education Association (NEA), el principal sindicato de profesores, con 2,7 millones de miembros. Los datos se refieren al curso 2000-2001 y permiten observar la evolución desde 1961, fecha de la primera edición de la encuesta.
En estos cuarenta años se ha acentuado la feminización de la docencia. La proporción de mujeres ha venido creciendo casi sin interrupción desde el 69% en 1961 al 79% en 2001. En cambio, la distribución racial -dato importante en la sociedad norteamericana- ha cambiado poco. El 90% de los profesores son blancos, más o menos como siempre, mientras que los negros son menos que nunca: 6%; los de otras etnias vienen aumentando, con altibajos, desde 1981. Hay aquí una apreciable desproporción, pues en la población total, en 2001, los blancos eran el 77% y los negros, el 13%.
La edad media es la más alta que se ha registrado. En la década de los setenta oscilaba en torno a los 35 años, y en 2001 es de 46 años. Esto se debe, en buena parte, a que entran menos jóvenes en la profesión: la proporción de primerizos fue un 3% en 2001. El lado positivo es que los profesores actuales tienen más experiencia docente: 15 años de media en 2001, de 3 a 5 años más que entre 1961 y 1976.
Mejora la cualificación
Ha mejorado la cualificación. Ya no hay profesores, ni de primaria ni de secundaria, que no tengan al menos el título de bachelor (cuatro años de universidad). Los que tienen un master (seis años) en 2001 alcanzaron el máximo histórico, con el 56%; el 43% son bachelors y el resto, doctores. Además, también son más que nunca los profesores que perfeccionan su capacitación. En 2000-2001, el 47% obtuvieron créditos en la universidad; el 77% realizaron cursos organizados por los departamentos de Educación durante el año escolar, y el 35% durante las vacaciones de verano.
La carga laboral se puede estimar por el número de alumnos o también por las horas de trabajo. En cuanto a lo primero, están en distintos casos los profesores de primaria, que tienen a su cargo un grupo, y los de secundaria, que dan clase a varios grupos. Los profesores de primaria tienen cada vez menos alumnos: 21 de media en 2001, frente a 29 cuarenta años antes. Los de secundaria tienen grupos de 28 alumnos, más o menos como siempre; pero el total de alumnos distintos a los que dan clase en un día ha bajado mucho, de más de 130 antes de 1976 a 89 en 2001.
Las horas de trabajo son ahora 50 por semana (49 horas los profesores de primaria, 52 los de secundaria), 3 más que en 1961, incluidas 12 horas no retribuidas para preparar clases en casa, atender actividades extraacadémicas, cuidar a los chicos durante el viaje al colegio en el autobús escolar… Aunque en secundaria la gran mayoría de los profesores (83%) tienen al menos cinco tiempos semanales reservados para preparar clases en la escuela, se ve que eso no es suficiente.
Los profesores norteamericanos ganan más que la media nacional, como es normal en trabajadores con título superior. En 2001 el salario medio de los profesores de la enseñanza pública equivalía al 122% del PIB por habitante de aquel año. Pero salen peor parados, señala la NEA, que otros titulados universitarios, como los gestores financieros (144% del PIB por habitante) o los arquitectos (169%). Por vez primera, la última edición de la encuesta pregunta a los que abandonan la docencia los motivos de tal decisión. La mayor parte (37%) menciona en primer lugar el salario. Sin embargo, seis de cada diez profesores dicen que volverían a elegir la enseñanza; los arrepentidos son el 21%.
ACEPRENSA