Además de Portugal y Estonia, dos de las grandes triunfadoras de la nueva edición de PISA, otros países sobresalen discretamente, sin acaparar titulares, ya sea por su continuidad en los primeros puestos del ranking o por su sostenida mejora. Canadá y Japón son ejemplos del primer caso; Polonia y Noruega, del segundo. Los cuatro se distinguen además por no dejar atrás a los alumnos de clase baja.
No es noticia que Canadá y Japón aparezcan, edición tras edición, entre los sistemas educativos con mejores puntuaciones, se ponga el foco en las habilidades científicas –como en este último informe–, matemáticas o lectoras, pero precisamente en esta continuidad estriba su mérito.
Calidad consolidada
Fuera de los países orientales, que copan los p…
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