La publicación del informe PISA, cada tres años, se ha convertido en el evento internacional por excelencia en el mundo educativo. Con cada edición, los medios se llenan por unos días de noticias que suelen centrarse en los datos nacionales o en los de otros países sobresalientes. La nómina no suele cambiar: algunos países orientales que encabezan el ranking (Singapur, Hong Kong…), o Finlandia en el ámbito europeo. Sin embargo, otros países con buenos resultados pasan desapercibidos, pese a merecer atención por su progreso o por algunas características sobresalientes de su sistema educativo. Es el caso de Portugal y Estonia.
Ambos son un claro ejemplo de mejoría sostenida a lo largo del tiempo, aunque su lugar en el ranking sea muy diferen…
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