Género, ciencia e ideología

Fuente: James G. Martin Center
publicado
DURACIÓN LECTURA: 2min.

 

Cada vez más voces cuestionan en el ámbito académico la validez científica de muchos estudios de género, por su sesgo ideológico. Carrie Lukas, presidenta del Independent Women’s Forum, escribe en la web del James G. Martin Center que hay buenas razones para sostener esta tesis.

 

“A diferencia de otras disciplinas académicas –dice Lukas–, los estudios de género y sus antecesores, los women’s studies, están explícitamente unidos a un movimiento ideológico con un propósito político específico”.

“Desde sus comienzos, los women’s studies (…) estaban dirigidos a inculcar en los estudiantes una visión concreta del mundo con el fin de influir en objetivos políticos y cambiar la estructuración social. De hecho, la disciplina académica se considera a sí misma ‘responsable’ ante la comunidad y la causa feminista”.

Esta asociación entre estos estudios y el movimiento político feminista se ha mantenido durante los últimos 35 años. En su web, la National Women’s Studies Association afirma que “los women’s studies van más allá de lo que ocurre en el aula y reconoce al profesorado de estos centros como educadores feministas. Los centros de mujeres radicados en los campus tienen una larga historia de trabajo conjunto con los women’s studies para transformar el curriculum, el ambiente del campus y la sociedad en su conjunto”.

Ciertamente, comenta Carrie Lukas, hay otras disciplinas en las que lo que se aprende fuera de clase es reconocido como algo valioso e importante para el desarrollo de los alumnos. “Sin embargo, los women’s studies son algo excepcional en el sentido de que lo prioritario en el proceso de aprendizaje no es la adquisición de conocimientos o experiencias en sí mismas, sino el efecto que pueden tener los estudiantes en la sociedad. Esta es una buena misión para una organización política, pero no para una cuyo objetivo es la educación”.

Frente a quienes ponen en cuestión la “ideología de género”, los defensores de los gender studies dicen que las críticas proceden “de una ideología de extrema derecha que intenta volver a una sociedad patriarcal y heteronormativa”. Pero Lukas piensa que las críticas más fuertes no se deben a las repercusiones de esta ideología en la sociedad, sino al limitado bagaje intelectual que proporcionan a los alumnos.

Toni Airaksinen, escritora y ex alumna del Barnard College, refiere cómo su profesora le desaconsejaba utilizar argumentos que tuvieran en cuenta las diferencias biológicas, descartándolos como “transfóbicos y problemáticos”. Califica la indoctrinación sesgada como “cruel”, y escribe que “nada es más opresivo que tus profesores te enseñen que eres una víctima”.

“El papel de las mujeres en la historia y en la sociedad, así como el modo en que las culturas enfocan temas relacionados con el género, son áreas para una investigación académica seria”, sostiene Lukas. “Por desgracia, los programas de estudios de género están hoy tan entrelazados con una ideología política tan concreta y extrema, que los que están fuera de la disciplina tienen pocas razones para creer que estos temas están siendo analizados de un modo imparcial y riguroso”.

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