Al igual que ocurre en el terreno de la economía, la igualdad es un valor en alza en el debate educativo. Hay un interés particular por conocer qué mecanismos llevan a algunos alumnos a “quedarse atrás”, cuándo se produce esta brecha, cómo les afecta durante sus vidas y, sobre todo, qué hacer para evitarla.
Por desgracia, contestar a la última pregunta –la más interesante– no es sencillo. Cuando se estudia al alumnado de un país en su conjunto, pueden establecerse algunas correlaciones que determinan unos “factores de riesgo” para el fracaso educativo: pertenecer a un estrato socioeconómico bajo, tener padres con pocos estudios, ser inmigrante, ser varón o no haber cursado educación infantil, entre otros. Sin embargo, deslindar la influenci…
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