El informe PISA 2006, que examinó el estado de la educación secundaria en decenas de países, sigue dando que hablar: sus conclusiones y consejos son utilizados por muchas administraciones educativas para tomar decisiones y para mantener o mejorar la salud de la enseñanza secundaria. Junto a esto, siguen realizándose otro tipo de investigaciones a partir de esos resultados.
Retrato del alumno excelente
España: un problema de motivación
España, con un 4,9% de alumnos de secundaria que sobresalen en las materias científicas, se encuentra bastante por debajo de la media de la OCDE, que es el 9,0%. Finlandia (20,9%), Reino Unido (13,7%) y Holanda (13,1%) son los países punteros en Europa; en América destaca el promedio de Canadá (14,4%), en tanto que Nueva Zelanda (17,3%), Hong Kong (15,9%) y Japón (15,1%) encabezan el escalafón en Oceanía y Asia respectivamente.
En España se da un desequilibrio que el informe detecta también en otros países: la alta motivación que se advierte entre los mejores alumnos de secundaria de ciencias, en contraste con la baja proporción de los que finalmente optan por una carrera universitaria de ese ámbito del conocimiento. Sorprende que cerca de un 40% de alumnos calificados como excelentes en secundaria renuncien a cursar una carrera científica cuando llegan a la universidad. Como explica el informe, a medio plazo esto son malas noticias para aquellos países que, como España, aspiran a mejorar la productividad a través de políticas de I+D e innovación científica.
España se alinea con países como Grecia, Italia, México, Portugal y Turquía, donde menos de uno de cada veinte estudiantes excelentes terminan por cursar un grado universitario de ciencias. Esa proporción no se da en los mejores países del informe PISA: en Finlandia y Nueva Zelanda, uno de cada cinco cursan estudios universitarios relacionados con las disciplinas científicas que ya les entusiasmaron en la secundaria.
Se detecta, pues, un problema de motivación que se relaciona, posiblemente, con la mercantilización y el pragmatismo que suelen rodear el momento de la elección de carrera, también en el caso de los mejores alumnos (algo muy similar sucede con las humanidades). A la hora de elegir carrera, muchos alumnos brillantes, quizá influidos por su entorno familiar, dan prioridad a las posibilidades de alta remuneración que ofrecen otras carreras, por delante de sus propios gustos y aptitudes.