El sueño de Mandela en su estrecha celda de Robben Island, de una Sudáfrica democrática, libre de discriminación y con igualdad de derechos para todos, es todavía eso para muchos: un sueño.
Lo es para los estudiantes negros de la Universidad de Stellenbosch, en Ciudad del Cabo.
Según The New York Times, se quejan de que sufren abuso racial, no ya los bastonazos y los gases lacrimógenos de antaño, sino un abuso algo más sutil. En la lengua de enseñanza, por ejemplo. La instrucción en Stellenbosch se realiza en afrikáans, una variante del neerlandés, la lengua de los colonos holandeses, cuyos descendientes erigieron en la década de 1940 el tristemente célebre sistema del apartheid, que fue eliminado a principios de la década de 1990, poco ant…
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