Muchas empresas norteamericanas han comprendido que los empleados trabajan mejor si se les ayuda a conciliar sus obligaciones profesionales y familiares. Tradicionalmente se trataba de asegurar la guarda de los niños. Pero, a medida que la población envejece, cada vez hay más trabajadores que a quien deben cuidar es a un padre anciano. De ahí que se hayan multiplicado los programas de las empresas para cubrir estas necesidades de la tercera edad.
Con una tasa de paro de apenas un 4% y en medio de una competencia aguda para retener a sus mejores empleados, las empresas han multiplicado los programas llamados work-life, que ayudan a solventar los problemas familiares. Y, dentro de esos programas, muchos se centran en problemas relacionados con la atención a la tercera edad. Según un estudio realizado por Hewitt Associates entre las 500 mayores empresas, la tercera parte han puesto en marcha programas de este tipo.
Actualmente, el 12% de la población de Estados Unidos tiene más de 65 años, y cada vez más asalariados tienen a su cargo una persona mayor. Pero como en el 61% de los matrimonios ambos cónyuges trabajan, ya no cabe contar con el ama de casa que se ocupaba de sus padres o de sus suegros. Y, en último caso, alguno de los dos cónyuges tendría que dejar su trabajo, cosa que tampoco conviene a las empresas. En una reciente encuesta realizada en el grupo químico DuPont entre sus 15.000 asalariados, de la que se hace eco Le Monde (6-II-2001), el 50% declaran tener a su cargo ahora o en los próximos tres años a un padre anciano, proporción que en 1995 era de un 40%. Así que DuPont va a impulsar sus programas de conciliación de trabajo y familia.
Los grandes grupos suelen subcontratar estos programas con sociedades de servicios. Estas sociedades se ocupan de buscar información sobre residencias de la tercera edad, servicios de enfermería y de atención a domicilio, ayuda en caso de urgencias e imprevistos, las ayudas públicas disponibles, etc. Los grandes grupos organizan también seminarios o jornadas en las que diferentes empresas del sector de la tercera edad informan a los empleados de las soluciones para su caso.
Por ahora, las infraestructuras para la atención de los padres mayores no están tan desarrolladas como las establecidas para la custodia de los niños. También los problemas son más difíciles, pues los padres mayores no viven necesariamente junto a sus hijos, y menos en una sociedad tan móvil como la estadounidense. Pero se van buscando soluciones. Desde el punto de vista financiero, cada vez más empresas agregan a sus ventajas laborales la posibilidad de un seguro para cubrir la atención futura de los propios asalariados o de sus padres.
Otras veces, las soluciones van en la línea de los horarios flexibles, el trabajo en casa o el trabajo a tiempo parcial. Siempre son soluciones más económicas que perder a buenos empleados.