Entre las propuestas del Partido Republicano contenidas en el «Contrato con América» se encuentra la de recortar las prestaciones sociales a las madres solteras. Este punto ha suscitado división de opiniones. Para unos, provocaría el aumento inevitable del número de abortos. Para otros, sería un medio de favorecer un comportamiento sexual más responsable.
Según el Card. O’Connor, arzobispo de Nueva York, los recortes en estos subsidios son «inmorales por sus inevitables consecuencias». En su habitual columna en el Catholic New York, el cardenal se hizo eco del temor a que la medida desemboque en miles de abortos más. Y citó las palabras del congresista Jim Bunn, de Oregón, que en una conferencia de prensa semanas antes dijo: «como miembro pro-vida del Congreso, pienso que es una incoherencia decir a una mujer embarazada que dé a luz y, al mismo tiempo, no prestarle ayuda».
Por su parte, la Coalición Cristiana -opuesta al aborto- se muestra favorable a la reducción de las ayudas a las madres solteras. El principal objeto del recorte de los subsidios es, según Ralph Reed, director ejecutivo de la coalición, «frenar la cultura de ilegitimidad y dependencia».
Para Richard Land, director ejecutivo de la Christian Life Commission of the Southern Baptist Convention, el sistema actual de subsidios es tan nocivo para el matrimonio que es necesario revisarlo por completo.
El cardenal O’Connor calificó de infundadas las previsiones de algunos analistas según las cuales el recorte de los subsidios fomentará más abortos en el futuro inmediato, pero también provocará un cambio en el comportamiento sexual de las personas, con el resultado de menos abortos a largo plazo.
Esta pluralidad de juicios también se deja notar en el Congreso, donde algunos congresistas republicanos pro-vida ya han anunciado que votarán en contra de los recortes de subsidios porque estos provocarán más abortos.