El giro político anunciado por Bill Clinton tras el reciente desastre electoral está claramente orientado a mostrar que el presidente comparte las inquietudes de las familias de clase media. Y para ganarse su benevolencia, nada mejor que ofrecer una rebaja de impuestos en capítulos como la enseñanza, la vivienda o el cuidado de los ancianos, que interesan a la mayoría de las familias.
Los temas supuestamente «progresistas» que dieron más que hablar al inicio de su mandato -derechos de los homosexuales, activismo del gobierno…- han sido puestos en sordina dos años después. En el nuevo mensaje se compromete a promover «valores como la familia, el trabajo y la responsabilidad», y a «eliminar áreas enteras de la burocracia gubernamental».
Las propuestas de Clinton, que deberán ser negociadas con el Congreso de mayoría republicana, aliviarán una serie de gastos de las familias. Habráuna desgravación fiscal de 550 dólares por hijo menor de trece años y otra igual por tener en casa al abuelo o la abuela. Las familias que no ganen más de 100.000 dólares al año podrán deducir hasta 10.000 dólares por los estudios universitarios de sus hijos. También podrán deducir hasta 2.000 dólares por inversiones en seguros de jubilación y tendrán otra serie de ventajas para la compra de la vivienda. Para que la rebaja de impuestos no aumente el déficit público, se recortarán una serie de gastos del Gobierno en energía y transportes.
El giro político de Clinton se manifiesta también en el progresivo abandono del equipo de colaboradores que trajo de Arkansas, representantes de un elitismo de izquierdas. Dos años después la mayoría han sido sustituidos por políticos más moderados y experimentados.
El último despido ha afectado a la máxima responsable de la Sanidad, Joycelyn Elders, destituidapor Bill Clinton después de sugerir que en las escuelas se debería explicar la masturbación como método de «sexo seguro». Este comentario fue la gota que colmó el vaso.
Algunos opinan que Clintonla mantenía porque era la única mujer negra del gobierno. Sus tomas de postura habían puesto en un compromiso a Clinton en otras ocasiones. Desde su primera rueda de prensa se mostró partidaria de repartir preservativos en los colegios públicos. También había dicho que las organizacionespro vida deberían dejar de «estar enamoradas de los fetos». En diciembre de 1993, propuso que habría que debatir la legalización de la droga. Dos semanas después, la policía detuvo a su hijo, que había vendido cocaína y reconoció ser adicto.