Los niños de Estados Unidos se entretienen cada vez más horas con medios audiovisuales -televisión, música, ordenador-, en actividades solitarias en su habitación y con escasa supervisión paterna. Así se desprende de un estudio de la Kaiser Family Foundation, que revela la creciente importancia de los medios en la vida de los niños.
Los niños pasan más tiempo en esta «escuela paralela» que en la real, pues dedican una media de 5 horas y media diarias, siete días a la semana, al uso de estos medios como distracción. Los mayores de 8 años emplean una media de 6 horas y 43 minutos, más de lo que sus padres dedican a trabajar.
El estudio se realizó de noviembre de 1998 a abril de 1999, con 3.000 niños, de edades comprendidas entre 2 y 18 años. Seiscientos de los participantes llevaron un diario para documentar su uso de los medios.
La televisión es el medio dominante en la vida de los niños: le dedican una media de 2 horas y 46 minutos al día. Pero hay también un 17% de teleadictos, que se pasan más de cinco horas embobados ante la pequeña pantalla, con o sin palomitas.
Oír música es la segunda actividad más importante de una generación que está creciendo con el walkman en las orejas, si bien la hacen compatible con hacer simultáneamente otras cosas.
La otra pequeña pantalla, la del ordenador, absorbe 21 minutos al día en el conjunto de los niños. Pero la media sube hasta 52 minutos cuando se pregunta a los que han usado el ordenador como distracción el día anterior, sobre todo entre los niños de 8 a 13 años.
A pesar de este bombardeo electrónico, los niños siguen leyendo por afición, y dicen dedicar 44 minutos a los libros, sin contar las lecturas en la escuela o por deberes escolares.
A la hora de sumar tiempos hay que tener en cuenta que varias actividades pueden coincidir: los niños pueden leer mientras oyen música, o tener encendida la televisión mientras utilizan el ordenador. Un 16% del tiempo dedicado a estos medios es «multitarea».
No hay que extrañarse, pues tienen muchas cosas a mano sin salir de su habitación. El 53% tienen televisor en su dormitorio, porcentaje que sube al 65% entre los de 8 a 18 años. El 70% tiene radio en su cuarto, el 64% tocadiscos y el 16% ordenador.
Lo que más llama la atención y preocupa a los autores del informe es que el uso de estos medios de entretenimiento se está convirtiendo en una actividad cada vez más solitaria y fuera del control paterno.
Tampoco parece que los que más los usan estén más satisfechos, a juzgar por un índice de satisfacción de los niños creado por los autores del informe. «Indicadores de descontento, como no entenderse con los padres, insatisfacción en la escuela y meterse en muchos problemas, van estrechamente correlacionados con un uso intensivo de estos medios», dicen los autores. Quizá sea porque estos medios sirven a modo de refugio en esas situaciones.
El panorama descrito en el informe de la Kaiser Family Foundation revela que las recomendaciones que hizo hace escasos meses la Academia Norteamericana de Pediatría no iban descaminadas (cfr. servicio 119/99). La Academia subrayaba que el uso indiscriminado y prolongado de la televisión puede afectar a la salud mental y social de los niños. Los pediatras desaconsejaban el uso solitario de la televisión por parte de los niños, y recomendaban que no tuvieran televisor en su habitación y que -en ciertos tramos de edad- los niños vean la televisión acompañados de sus padres, para suscitar así un diálogo crítico sobre los contenidos.