Los padres más exigentes, que hacen de sus hijos auténticos trabajadores desde la más tierna infancia, son los que después consiguen universitarios responsables, seguros y llenos de energía, según Amy Chua, la autora chino-americana del libro Battle Hymn of the Tiger Mother que ha conmocionado al mundo de la educación en EE.UU. por su defensa de la vuelta a posturas autoritarias y exigentes.
En un reciente encuentro con los lectores de su libro en la Biblioteca Pública de Nueva York, Chua, que el año pasado alcanzó un notable éxito de ventas en Estados Unidos, alabó los efectos de la estricta educación de origen oriental que aplicó a sus hijas hace ya una década y aseguró que la llegada de su hija a la universidad el pasado otoño le ha mostrado que el resultado de su esfuerzo y seguimiento no ha dado lugar a “una autómata ni un robot” sino a una persona independiente, creativa y valiente.
Según recoge el diario The Wall Street Journal, la autora del polémico libro aprovechó la convocatoria para defenderse de las críticas recibidas en los últimos meses y tratar de responder a los puntos más cuestionados por los partidarios de una educación flexible. En su opinión, se han dicho muchas cosas acerca de la instrucción que propone que no son ciertas. Su finalidad no es tanto conseguir metas, resultados o buenas notas, “sino enseñar a los hijos que son capaces de hacer mucho más de lo que creen”. Chua, que acudió al encuentro acompañada de su hija mayor Sofía y de su marido –también profesor universitario-, afirmó que probablemente ahora mismo ambos son de los padres menos intervencionistas en la vida de sus hijos universitarios, porque simplemente sus hijos no lo necesitan tras haber recibido una estricta educación entre los 5 y los 12 años, época en la que se forma el carácter.
En su defensa de una mayor exigencia, Amy Chua comparó la severidad que propugna con la que practicaron los pioneros americanos, que inspiraban reciedumbre en sus hijos, y no tanto con la desarrollada por sus antepasados chinos. En cambio, ridiculizó a los ‘padres helicóptero’, que sobrevuelan constantemente a los niños, protegiéndoles de posibles amenazas, cargando sus mochilas e incapacitándolos para cualquier esfuerzo, algo que no tiene ninguna tradición ni raíces en América. Por eso opina que, al llegar a la universidad, donde los chicos por primera vez se encuentran solos, es muy fácil que los que han oído mil veces de sus padres “magnífico, eres un genio” y han sido educados con excesivos cuidados sufran un auténtico trauma en cuanto algo les salga mal.
La promotora de la exigencia en la educación recordó que hoy en día está muy extendida la tendencia a ensalzar la creatividad, “como si Steve Jobs, el padre de Apple, hubiera conseguido sus invenciones saltándose las clases, cuando en realidad, tanto él como el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, son el prototipo del trabajo esforzado y han sabido recuperarse y resistir en situaciones límite”, justo lo que persigue la educación con autoridad que Amy Chua defiende. “Nadie inventaría un iPod sin haber dedicado antes largas horas de trabajo”, señala.
El libro acaba de ser traducido al castellano con el título Madre tigre, hijos leones, del que ofrecemos una reseña.