Los padres franceses podrán disfrutar de dos semanas de permiso remunerado durante los tres primeros meses de vida de cada hijo, en vez de tres días como ahora. La medida, anunciada por el primer ministro Lionel Jospin durante la anual Conferencia de la Familia, sitúa a Francia por delante de países como Inglaterra, Italia, Alemania o España, que solo reconocen al padre tres días de baja por nacimiento de un hijo, pero todavía lejos de los cuarenta que concede Suecia. Las madres continuarán teniendo derecho a 16 semanas de baja por cada uno de los dos primeros hijos y a 26 semanas a partir del tercero.
Cuando el salario mensual bruto del padre sea inferior a 14.950 francos (2.280 euros), la baja será remunerada al 100%, y con un porcentaje inferior en los demás casos, hasta esa misma suma como tope. Se calcula que esta medida supondría un costo de 1.600 millones de francos (244 millones de euros) al año para la Seguridad Social si los padres tomasen el permiso. Pero, si sirven de indicio los casos de otros países con legislación semejante, cabe esperar que solo el 40% opten por la baja paternal.
La ampliación del permiso por paternidad ha disgustado a la patronal. Los empresarios alegan que, con la adopción de la semana laboral de 35 horas, los asalariados franceses ya tienen siete semanas de vacaciones anuales. Por eso, dice la patronal, habría que usar dos de esas siete semanas para el permiso de paternidad, en vez de dos adicionales.
Durante la Conferencia de la Familia, el gobierno anunció también la creación de un fondo de 1.000 millones de francos (152 millones de euros) para nuevas guarderías.