Una de las tendencias más claras en la moderna regulación legal de las relaciones familiares es su creciente desvinculación de las realidades naturales sobre las que se basan. Eso ha pasado, en primer lugar, con el matrimonio, que ha perdido legalmente su heterosexualidad (y con ella su relación con la procreación) mediante la admisión del matrimonio entre personas del mismo sexo. Parece que ahora ha llegado el turno de la filiación: también aquí el elemento biológico es sustituido por la voluntad y los deseos de los adultos implicados.
Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 21/15
La clave de esa deconstrucción del concepto legal de filiación se encuentra en la pérdida de importancia del vínculo biológico (legalmen…
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