Reconocer pacíficamente que uno es imperfecto y que a veces hace cosas mal, inyecta un sano realismo a las relaciones de pareja. Además, el cónyuge ofendido por palabras o acciones del otro tiende a estar más predispuesto a perdonarle si percibe de él que no es arrogante. Es la conclusión a la que han llegado tres investigadores de la Universidad de Michigan, que ven en la humildad una cualidad que facilita la vida familiar. Lo cuentan en un artículo publicado en The Conversation.
Los autores no se meten en grandes disquisiciones para definir la humildad. A efectos de este estudio, la entienden como “la capacidad de evaluar certeramente los propios errores y limitaciones, sin negar las buenas cualidades y los puntos fuertes”. La hu…
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