La ausencia de una regulación efectiva de los medios digitales en muchos países provoca que los niños estén cada vez más expuestos al bombardeo publicitario de alimentos con alto contenido de sal, azúcar y grasas, señala un reciente informe de la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El documento llama a los responsables políticos a plantar medidas para frenar el creciente influjo de los anuncios destinados a menores en Internet. Según la OMS, la publicidad digital de alimentos grasos, azucarados o salados los visibiliza aún más y los hace aparecer más económicos y fáciles de adquirir que las opciones saludables, y así favorecen hábitos alimentarios en los chicos que aumentan el riesgo de obesidad.
Además, como los anuncios online pueden ser perfilados para audiencias específicas, son potencialmente más poderosos. A menudo, añade la organización, los padres no ven los mismos anuncios, ni observan las actividades online de sus hijos, por lo que muchos subestiman la dimensión del problema.
Entre las técnicas que tienen como blanco a los consumidores menores de edad está la geolocalización, que posibilita a las empresas hacer llegar publicidad y ofertas especiales a los chicos cuando se encuentran físicamente en un área en que se venden determinados productos.
Asimismo, algunas cadenas de alimentación se coordinan con compañías de videojuegos para, por ejemplo, hacer que sus establecimientos sean escenarios importantes para el desarrollo del juego digital (típico caso, el de Pokémon GO). El marketing digital puede desplegarse además mediante numerosas plataformas, como las redes sociales o los advergames, videojuegos creados para publicitar una marca o un producto; y a través de la notable influencia de determinados videobloggers. Como ejemplo de esto último, podría señalarse la publicidad que un conocido youtuber español, El Rubius, hace de una bebida azucarada: la Fanta.
Agrega la OMS que el marketing digital puede sumergir a los chicos en “experiencias emocionales y de entretenimiento, y animarlos a compartirlas con sus amigos, un dudoso cóctel cuando se utiliza para promocionar comida no saludable”.
Según la organización, la falta de regulación en este campo amenaza los esfuerzos para detener la que llama “creciente epidemia de obesidad infantil”. Se estima que más del 60% de menores hoy con sobrepeso serán obesos más tarde, con todos los riesgos derivados de esa condición, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.