La Asamblea General de Naciones Unidas va a celebrar en Nueva York (19-21 de septiembre) la Sesión Especial a favor de la Infancia, dedicada a los niños y adolescentes del mundo. En una cumbre sobre la infancia es difícil entender que el aborto sea un tema de debate. Pero se espera que la aprobación de los párrafos relativos a la llamada «salud reproductiva» levante polémica. Lo que nadie discute son los avances en el bienestar infantil, que han sido notables en los últimos diez años.
El objetivo de la Sesión Especial es pasar revista a los avances logrados desde la Cumbre Mundial a favor de los Niños, celebrada en 1990, así como aprobar nuevas metas para 2010. Hasta ahora, 75 Jefes de Estado o de Gobierno han confirmado su asistencia.
El análisis de los avances está recogido en el informe elaborado por el secretario general de Naciones Unidas. Curiosamente, el informe se hace eco de la opinión de que «en muchas conferencias de las Naciones Unidas se establecen metas que nunca se cumplen, y que los compromisos que se firman rara vez se reflejan en acciones concretas en el terreno». Sin embargo, la ONU no ha tirado la toalla; es el contrapunto a una apabullante relación de «metas cumplidas».
Entre ellas destaca que, en los últimos diez años, 63 países han logrado reducir en una tercera parte la mortalidad de los niños menores de cinco años, y otros 100 la han disminuido en una quinta parte (en todo el mundo, la mortalidad infantil se ha reducido un 14%); la poliomielitis ha desparecido de 175 países, está a punto de ser eliminada en los que quedan, y el número de casos ha disminuido un 99% durante el último decenio (ver servicio 67/01); el 82% de los niños van a la escuela (un 2% más de lo previsto); etc.
Después de relatar los avances, la Sesión Especial planificará lo que queda por hacer, ya que todavía mueren más de 10 millones de niños al año, con frecuencia a causa de enfermedades fácilmente prevenibles; más de 100 millones no asisten a la escuela; 28 millones están desplazados o refugiados; la epidemia del SIDA ha superado los pronósticos más pesimistas; etc. De manera que la salud y la educación seguirán siendo las prioridades para los próximos diez años.
Para mejorar la protección de los niños se ve necesario el fortalecimiento de la familia. El borrador del documento final reconoce que «la familia es la principal unidad de la sociedad y tiene la responsabilidad primordial de proteger y criar a los niños, así como de velar por su desarrollo».
Es posible que este apartado sea motivo de debate, ya que Estados Unidos considera que el borrador exagera los derechos de los niños sin tener suficientemente en cuenta a los padres. Lo que sin duda creará polémica serán las referencias a la «salud reproductiva» de los niños y adolescentes.
Estados Unidos tiene reservas respecto al lenguaje utilizado, e incluso llegó a amenazar con enviar una representación de segundo nivel si se pretendía apoyar la legalización del aborto. No obstante, ya ha anunciado que un miembro del Gobierno encabezará la representación.
En realidad, la palabra «aborto» no aparece por ningún sitio. En cambio, hay numerosas referencias del tipo: «garantizar el pleno acceso a servicios de salud reproductiva de calidad, a precios asequibles, según lo acordado en la Conferencia sobre Población y Desarrollo y en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer», o «aplicar medidas para aumentar la capacidad de las adolescentes de protegerse de contraer el VIH, principalmente mediante la prestación de servicios de atención de la salud, incluida la higiene sexual y la salud reproductiva», entre otras expresiones similares.
En anteriores conferencias de la ONU, las delegaciones de algunos países -como Canadá o la Unión Europea- han utilizado el eufemismo de «servicios de salud reproductiva» para incluir también el aborto.
Según el Departamento de Estado norteamericano, «la declaración final no debe apoyar los consejos o servicios ligados al aborto» y además debería añadirse la continencia sexual como un comportamiento que favorece la salud y previene el SIDA. Los partidarios del borrador afirman que esto es el anuncio de un nuevo boicot unilateral por parte de Estados Unidos. Aunque 192 países ya han ratificado o firmado la Convención sobre los Derechos del Niño (un número sin precedente en un documento de esta índole), Estados Unidos no lo ha hecho.
[Nota: Los atentados terroristas cometidos en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001 obligaron a suspender la Sesión Especial, que fue aplazada hasta los días 8-10 de mayo de 2002.]
_________________________Más información en http://www.unicef.org/spanish/specialsession/Servicio anterior sobre el tema: 179/99 (22-XII-1999): Akira Morita, «A los diez años de la Convención sobre los Derechos del Niño».