Nos lo cuenta una joven madre: mientras paseaba por una calle de Oviedo junto a sus tres hijos, un hombre que se cruzó con ellos comenzó a increparla: “Estás loca. ¿No te da vergüenza tener tantos hijos para que sean esclavos del capital?”. La mujer, con escasas ganas de entablar una discusión, se encogió de hombros y siguió camino con su prole.
Que no haya nuevos “esclavos del capital”. O nuevos contaminadores, “tiranos del planeta”. O nuevas víctimas de un orden mundial injusto. Una amplia gama de justificaciones subyace en la base de una tendencia que se extiende en algunos ámbitos: la de proponerse no tener descendencia y quedarse childfree, “sin hijos” por voluntad propia, “libre” de niños, en contraposición al childless, la persona qu…
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