Aldo Naouri, célebre pediatra francés, reivindica en su obra más reciente que padres y madres ejerzan en la familia sus respectivos papeles masculino y femenino para asegurar el desarrollo normal del niño. En Les pères et les mères (Ed. Odile Jacob) Naouri advierte que hoy día hay un predominio abrumador de muchas madres en la educación de los hijos, así como un intento de que el padre adopte un estilo «maternizante». La consecuencia es una prolongación de la infancia en un ambiente de superprotección.
Según Naouri, nunca ha habido tanta preocupación por los hijos, y, sin embargo, no van bien. Nada hay más desorientador que una amalgama confusa de papeles de los progenitores bajo el espíritu de la maternidad. En el desarrollo humano es el padre quien transmite al niño la conciencia del tiempo. Por el contrario, la madre se resiste de forma espontánea a que el niño «salga de ella» definitivamente. De forma provocativa, asegura que tener una madre «todopoderosa» es «la enfermedad más grave que puede afectar a un ser humano (sobre todo masculino)». A este tipo de madres, afirma decididamente, «hay que pararlas», y deben hacerlo los padres, «comportándose como hombres».
Una cosa es que los hombres laven los platos, y otra que dejen de ejercer su papel específico de padres. Aunque la madre siempre tiene un papel preponderante en la crianza del niño, el hijo necesita ver que detrás de su madre hay «un hombre por el que su madre está entusiasmada». No se trata de arrancar los hijos a las madres, sino de arrancar las madres a sus hijos.
Naouri es autor de diez libros, algunos de los cuales, como Les filles et leur mères, le han hecho muy conocido. Sus argumentos se basan en la antropología y el psicoanálisis, junto a su experiencia profesional. «Llevo cuarenta años ejerciendo de pediatra y sé de lo que hablo -declara al semanario L’Express (19-IV-2004)-: mi posición no es ideológica, sólo quiero prevenir».