La periodista Sue Shellenbarger ha acuñado el término SWAT (“smart women with avalaible time”) para referirse a aquellas mujeres con talento que deciden quedarse en casa y trabajar a tiempo parcial. Se trata de una nueva tendencia en Estados Unidos, donde cada vez más empresas contratan a equipos de mujeres cualificadas para proyectos concretos.
Kenan-Flager Business School, una escuela de negocios vinculada a la Universidad de Carolina del Norte, consiguió montar un magnífico equipo de trabajo con ocho madres que trabajaban en casa. Entre las integrantes del equipo había una doctora en neurociencia por la Universidad de Stanford, una con título de maestría por la Universidad de Virginia, una abogada y una alta ejecutiva.
Otro caso parecido es el de Lending Tree, una empresa de servicios que ha contratado a cinco madres cualificadas para llevar a cabo un proyecto. Pueden trabajar siempre a domicilio, o bien ir unos días a la empresa y otros quedarse en casa. Lo importante es que la tarea se haga.
La flexibilidad laboral no es ninguna novedad. Lo que sí es nuevo en estos equipos es que están integrados por mujeres valiosas, con una carrera o una maestría, que decidieron aparcar la vida profesional para atender a la familia. Esta fórmula permite a las madres reengancharse al trabajo cuando los hijos todavía son pequeños.
Ver artículo original: How Stay-at-Home Moms Are Filling an Executive Niche.