El matrimonio es una unión dinámica: pasa por muchas etapas, a través de las cuales se va forjando un “nosotros” único. Es un proceso de crecimiento compartido, en el que cada cónyuge se esfuerza por el bien del otro, sin descuidar el propio crecimiento personal.
“Te necesito”. En nuestro imaginario, esta frase está directamente ligada al amor: en la medida en que siento que te necesito, comprendo que estoy realmente enamorado, que te amo. Eres indispensable para mí: tienes un gran valor para mí. Necesitar al otro sitúa en una condición de vulnerabilidad y dependencia, pero al mismo tiempo mantiene vivo el deseo: nada deseamos más que lo que nos falta.
¿Pero qué pasa si cambian las cosas? ¿Si ya no siento esta “necesidad”? ¿Si empiezo a pen…
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