A menudo se ha destacado el contraste entre la riqueza de Estados Unidos y la situación de sus niños, por detrás de los de muchos países desarrollados según distintos índices (mortalidad, pobreza, salud…). Pero Kids Count -un proyecto de la Annie E. Casey Foundation-, que sigue la pista a la situación de los niños y adolescentes en Estados Unidos, ha descubierto que desde 1990 han mejorado casi todos los indicadores estudiados: en especial, ha bajado la mortalidad infantil, la pobreza y la tasa de embarazos de adolescentes.
El estudio analiza diez indicadores del bienestar de los más jóvenes. La situación general ha mejorado en ocho de las diez categorías, y 43 Estados han avanzado en al menos seis indicadores. No obstante, los autores advierten que hay que tomar los resultados con cierta cautela, ya que los noventa han sido años económicamente muy buenos.
Entre 1990 y 2000, la población de menores de 18 años ha pasado de 63,6 millones a 72,2, un 14% más. En la actualidad, solo el 12% no tiene seguro médico, y el 79% de los menores de dos años han sido vacunados según el programa oficial.
A pesar de que algunos siguen pensando que el aumento de población desemboca irreversiblemente en la pobreza y el descontrol, la experiencia estadounidense es otra. Por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil (número de muertes de menores de 1 año por cada 1.000 nacidos vivos) ha bajado un 25%: 9,2 en 1990, 6,9 en 2000, todavía por encima de los índices de Canadá o Europa occidental, que están en torno al 5 por mil. La tasa de muertes de adolescentes (15-19 años) por homicidio, suicidio y accidentes ha pasado de 71 a 51 por 100.000. Y el porcentaje de niños que viven en la pobreza ha pasado del 23% en 1993 (no hay datos entre 1990 y 1993) al 16,3% en 2001. El nivel de pobreza en Estados Unidos para un matrimonio con dos hijos menores de 18 años estaba, en 1999, por debajo de los 16.895 dólares anuales.
Otros indicadores que han mejorado son la tasa de hijos de madres adolescentes (15-17 años), que ha pasado de 37 nacimientos por cada 1.000 adolescentes a 27 en 2000 (un 27% menos); el porcentaje de adolescentes de 16 a 19 años que abandonan los estudios (10% en 1990, 9% en 2000); y el porcentaje de adolescentes que ni estudian ni trabajan (10% en 1990, 8% en 2000).
Los únicos factores que muestran tendencias negativas son el aumento de hogares de un único cabeza de familia con menores a su cargo (24% en 1990, 28% en 2000) y el aumento de niños nacidos por debajo del peso normal (2,49 kg), que ha pasado de 7% en 1990 a 7,6% en 2000. El informe atribuye este último hecho a los tratamientos de fertilidad (en muchos casos provocan embarazos múltiples) y al retraso de la maternidad.
____________________Más información en http://www.aecf.org/kidscount/databook/