Reconocimiento natural de la fertilidad: la ciencia al servicio de la pareja

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reconocimiento natural de la fertilidad

El reconocimiento natural de la fertilidad (RNF) supone una herramienta para la promoción de una sexualidad verdaderamente responsable. Una en la que priman el conocimiento del propio cuerpo y la actitud de donación mutua en la pareja, perspectiva muy alejada de cierto utilitarismo sexual tan al uso, que tras la máscara feliz del “haz lo que quieras” esconde un rictus de heridas emocionales, relaciones rotas, desencuentros…

Sobre el RNF se debatirá en el Simposio Multidisciplinar Internacional que tendrá lugar en la Universidad de Navarra entre el 22 y el 24 de septiembre de 2021. El coloquio –que podrán seguir más de 1.600 inscritos de 60 países– propiciará una profundización en las diversas dimensiones –antropológica, afectiva y biológica– del RNF “como instrumento de una realidad mucho más amplia, enmarcada en la Teología del Cuerpo, [en] la antropología integral del ser humano como persona”.

El RNF se basa en la evidencia científica, es fiable, respetuoso con la biología de la mujer, económicamente asequible y ecológicamente recomendable

El Dr. Luis Chiva, jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra, en Madrid, y director del Comité Científico del evento, comenta con Aceprensa la oportunidad del simposio para dar a conocer qué tiene que decir una medicina al servicio de la esperanza acerca de la sexualidad y la fecundidad.

Dr. Luis Chiva
Dr. Luis Chiva

La baja fertilidad suele percibirse como un fenómeno casi “exclusivo” de mujeres. ¿Hasta qué punto los diagnósticos lo confirman o refutan?

— De un modo general se podría resumir que las causas de esterilidad están repartidas al 50% entre el varón y la mujer. No es un problema de las mujeres: es de la pareja. Como le digo, en un 50% de los casos podría imputarse al varón. Hay casos en los que la causa es mixta, de ambos.

Actualmente, en nuestra sociedad, la causa más limitante de fertilidad es la edad a la que las mujeres intentan su primer embarazo. Este dato ha aumentado muy significativamente en los últimos años, probablemente como consecuencia de la incorporación de la mujer al mercado laboral sin medidas protectoras de la paternidad/maternidad.

En España es muy frecuente que las parejas decidan posponer la búsqueda de un embarazo por no contar con los apoyos sociales suficientes para garantizar la protección laboral de la mujer, en el sentido de que esta pueda desarrollar su carrera profesional sin que se vea interferida por el parón que supone la crianza de los hijos y el cuidado que requiere en ocasiones el embarazo. La fertilidad en la mujer comienza a decaer a los 24 años, primero lentamente, y más deprisa a partir de los 30.

— Hablemos sobre métodos de RNF. ¿El recurso de estos favorece la implicación del hombre, más que los anticonceptivos?

— Cuando se busca distanciar o evitar un embarazo, el uso del RNF permite establecer, en cada ciclo de la mujer, una ventana de tiempo en la que esta puede quedar embarazada si mantiene relaciones sexuales. La decisión de mantenerlas en ese momento corresponde a la pareja, a ambos, tanto si el objetivo es el distanciamiento de un embarazo como su búsqueda. Con la RNF, la posibilidad del embarazo queda ligada a la decisión libre de los dos. Es una decisión responsable y compartida.

— ¿Qué tan difundidos están los métodos de RNF en el ámbito médico, incluida la docencia?

— Ese es uno de los aspectos que tratamos en el simposio. Es cierto que, por diferentes motivos, el conocimiento y la docencia de los métodos de RNF no están tan extendidos como sería deseable. Pero el RNF se basa en la evidencia científica, es fiable y respetuoso con la biología de la mujer y con la naturaleza de las relaciones de la pareja. Es económicamente asequible a toda la población y ecológicamente recomendable.

Que los métodos no se hallen más extendidos responde a varios factores, como le comentaba. Por un lado, a un desconocimiento importante por parte de los ginecólogos, que menosprecian el valor y la capacidad de la mujer para realizar un autodiagnóstico. En segundo término está que el reconocimiento natural de la fertilidad se ha etiquetado como una realidad dentro de la esfera religiosa o conservadora. Y finalmente, ha sido también considerado como una metodología poco eficaz, que no tiene un carácter científico.

La realidad es la contraria: el RNF puede ayudar a los ginecólogos a mejorar la salud de sus pacientes. Es una perspectiva de vida muy atractiva para personas con diferentes formas de pensar, e incluso diría que tiene un perfil tremendamente ecológico. Por último, vale subrayar que en la literatura internacional hay una evidencia muy sólida que avala su capacidad diagnóstica.

Métodos nada complejos

— La extensión de los problemas de fertilidad puede estar incrementando el interés por identificar los días fértiles. A día de hoy, ¿cuáles son los métodos naturales más precisos y eficaces para hacerlo?

— El método sintotérmico agrupa varios de ellos: el Billings, el de la temperatura basal, y otros indicadores. Existen además en este momento diferentes monitores y aplicaciones móviles, muy fáciles de manejar, que con base en esos métodos y añadiendo información medible sobre los valores hormonales en la orina de la mujer, detectan con gran precisión la ventana de fertilidad en el ciclo de la mujer.

¿Qué nivel de complejidad implica el aprendizaje de los métodos? ¿Pueden ser aplicados por miembros de comunidades con bajo nivel educativo, o en países en desarrollo?

— Ninguna complejidad. Hay una amplia experiencia en el aprendizaje de ellos en regiones del mundo con un bajo nivel de desarrollo, ya que no necesitan de la aplicación de tecnología, y el aprendizaje se basa en conceptos de autoconciencia del cuerpo (la sensación de humedad en el área genital, la presencia de uno u otro tipo de secreción cervical, etc.), que toda mujer experimenta, independientemente de su nivel cultural o educativo. Simplemente se adapta la explicación a la persona que recibe la formación, pero es igualmente eficaz en todos los casos.

Una de las ponencias del simposio abordará la implicación de los métodos de RNF en la promoción de la salud de la mujer. ¿Qué beneficios concretos pueden aportar en este sentido?

— Definitivamente las mujeres que utilizan el RNF tienen una sensibilidad especial para conocer su estado de salud, porque de algún modo se están controlando los síntomas relacionados con el buen funcionamiento de su sistema hormonal.

El ciclo menstrual es probablemente un detector de patologías de muchos tipos, porque se altera cuando aparecen enfermedades que afectan de alguna manera la salud de la mujer y que incluyen pérdida de peso, alteraciones autoinmunes, alérgicas, endocrinas de diverso tipo y alteraciones psicológicas importantes. Además, una de las características más relevantes del uso de reconocimiento natural de la fertilidad es el respeto por la propia fisiología del ciclo, que no queda tapada por una anticoncepción que aplasta toda la sinfonía hormonal de la mujer.

Quienes buscan corresponsabilizarse con su pareja en su proyecto de familia tienen una herramienta útil en el RNF

— Como vía para buscar un embarazo o para posponerlo, el RNF parece estar gozando de mejor prensa en estos tiempos. ¿A qué puede deberse?

— Claramente, el RNF resulta atractivo en una parte de nuestra sociedad que busca el autoconocimiento, el hacerse responsable del propio cuerpo, de sus relaciones sexuales, de su fertilidad, sin aceptar imposiciones ajenas al respeto al individuo.

Atrae a personas que sienten que pueden controlar y regir su capacidad de procrear sin injerencias externas, farmacológicas o no; sin alterar sus ciclos para hacerlos infértiles, sin apoyar a una “industria de la reproducción” que muchas mujeres no perciben como liberadora. Las levanta frente a una sociedad que, en lugar de promover medidas y recursos que protejan la maternidad, la decisión de tener hijos y el enriquecimiento de nuestra sociedad con el recurso más precioso, las personas, todo lo que ofrece es un sistema que descarga principalmente en las mujeres la responsabilidad del embarazo.

El RNF sirve a personas que buscan corresponsabilizarse con su pareja en el proyecto de su familia. Sirve a mujeres que se empoderan y se forman en el autoconocimiento para ser más libres a la hora de tomar sus decisiones.

Por último, quiero señalar que la crisis pospandémica hace más aguda la pregunta por la generación de la vida: ¿por qué y cómo generar? Y la unidad de amor y fecundidad surge como única garantía para afrontar el reto con esperanza. Los documentos Humanae vitae y Amoris laetitita, de la Iglesia católica, orientan en esta dirección.

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