El emir de Kano (Nigeria), Muhammad Sanusi, quien ha sido blanco de ataques por parte del grupo terrorista Boko Haram, ha propuesto que se elimine la poligamia del orden jurídico vigente los territorios islámicos del país. Según él, constituye una de las bazas del terrorismo.
“Todos hemos visto –asegura Sanusi, citado por la BBC–, en el norte del país, las consecuencias económicas de que hombres que no son capaces de mantener a una esposa, acaben casándose con cuatro. El resultado son 20 hijos que, sin educación, viviendo en las calles, terminan como matones y terroristas”.
Según la cadena británica, nadie que haya visitado las empobrecidas zonas septentrionales –mayormente musulmanas– puede negar la afirmación del emir. Una imagen recurrente en esos sitios, en muchas aldeas y ciudades, es la multitudes de niños pequeños que rodean los coches detenidos en la vía para pedir limosna.
La poligamia es legal en Nigeria. Aunque se estipula que en los registros conste solamente conste un matrimonio, existe una cláusula para permitir más casamientos bajo el derecho consuetudinario. Es lo que ha hecho posible, por ejemplo, que un hombre recientemente fallecido haya dejado 86 viudas y al menos 170 hijos, en una ciudad del centro del país.
Las conclusiones del emir coinciden con las de un estudio de un equipo de investigadores canadienses, publicado por la Royal Society en 2012, en el que se argumentaba que las sociedades polígamas eran más proclives a la guerra, la violación y el robo.
Según estos expertos, al atenuarse la competencia masculina por las jóvenes, la monogamia normativa acorta las brechas de edad entre los contrayentes, así como la desigualdad entre ambos sexos, al tiempo que posibilita un aumento de los ahorros, de la inversión en los hijos y de la productividad. De igual modo, también bajan los niveles de conflictividad doméstica y de negligencia hacia los niños, así como las muertes accidentales y los homicidios.
Para modificar la situación nigeriana en un sentido positivo, la propuesta del emir –que incluye además provisiones en materia de educación y derechos de herencia– deberá ser sometida a la consideración de un consejo de líderes islámicos locales y, si resultara aprobada, deberá ser aplicada por los tribunales musulmanes. En principio, ello solo ocurriría en Kano, pero no se descarta que se amplíe su efecto a otros estados nigerianos donde rige la sharía o ley islámica, dado que Sanusi goza de gran predicamento no solo en su territorio, sino a nivel nacional.